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OAXACA, Oax. 9 de septiembre de 2021.- Las inundaciones repentinas se deben en gran medida a la gran cantidad de basura sólida que se tira en las calles, ríos, arroyos y barrancas propiciando además grandes encharcamientos en las zonas urbanas.
El meteorólogo de la Coordinación Estatal de Protección Civil, Cutberto Ruiz Jarquín señaló que han recogido una gran cantidad de basura, principalmente plástico, de las bocas de tormenta y alcantarillas, sin embargo, no es suficiente.
Explicó que el paso de la onda tropical número 27 este miércoles, que provocó una cadena de tormentas en Valles Centrales, la Cuenca del Papaloapan y en la Sierra Norte, las afectaciones se sintieron principalmente en la ciudad de Oaxaca y zona conurbada.
Dijo que se reportaron grandes encharcamientos, caídas de bardas, daños a viviendas en las partes bajas, tres vehículos varados, precisamente porque colapsan los sistemas de drenaje ante la basura que arrastra la corriente de agua.
Afortunadamente no hay decesos por estas lluvias, por lo que Protección Civil está en estrecha coordinación con los ayuntamientos para salvaguardar la vida y el patrimonio de la gente, indicó.
El funcionario explicó que en cuanto al nivel de los ríos, el de San Felipe, el Río Chiquito, el Salado aumentaron sus noveles al igual que las presas que llegaron a su máxima capacidad, por lo que están con constante monitoreo ante el pronóstico de que van a continuar las lluvias.
Ruiz Jarquín pidió extremar precauciones pues la primera quincena de septiembre es normalmente el período más alto de precipitaciones durante toda la temporada de lluvias que concluye por protocolo y oficialmente hasta el 30 de noviembre.
Sin embargo, aseguró que por el momento no hay riesgo con las presas debido a que están desfogando de manera normal, pero sí es necesario estarlas vigilando en caso de que caiga más lluvia de la esperada y si es necesario aumentar el desfogue de agua se avisará a los presidentes municipales de las zonas aledañas a estos lugares.
Reiteró el llamado a las personas para que no transiten por los ríos cuando están a su máximo nivel y mucho menos cuando están desbordados o zonas inundadas.
“Simplemente cuando veamos un cuerpo de agua hay que detenernos porque no sabemos la fuerza de la corriente que traen o la profundidad en caso de haber algún hundimiento, es preferible tener un retraso en el viaje a tomar una mala decisión que nos puede costar la vida”.