Promueve policía de Oaxaca de Juárez prevención y proximidad social
OAXACA, 28 de julio de 2021.- Mientras algunos grupos de ambulantes cuentan con todas las atenciones por parte de las autoridades municipales, un grupo de boleros padece las pésimas decisiones de la autoridad municipal.
Estos también podrían denominarse desplazados, pues a pesar de que cuentan con un permiso de más de 50 años y han sido parte de la historia del Zócalo, los boleros, asesoadors de calzado, hoy deambulan por la ciudad sin un espacio fijo.
Están errantes porque la autoridad municipal, el presidente Oswaldo García Jarquín, les quitó la posibilidad de trabajar.
Son aproximadamente 70 personas que tienen sus sillas para el aseso del calzado, donde han ido desde gobernadores hasta personas que pasan eventualmente al Zócalo y aprovechan para lustrar sus zapatos, leer el periódico y conversar.
A diferencia del ambulantaje, los boleros son personas que ganan honradamente el sustento para sus familias.
“Tenemos la esperanza de que el presidente analice nuestro caso”, dice Francisco Ramírez, representante de una de las tres organizaciones.
Desde el cierre de calles, los boleros tampoco han podido ingresar al Zócalo ni a ningún otro espacio, algunos han optado por salir a la calle solo con su cajón de madera y buscar algunos clientes esporádicos.
En sus sillas, ganan diariamente unos 100 a 150 pesos, un estimado de 750 pesos a la semana.
Sin embargo, este ingreso mermó en algunos casos a cero pesos por la decisión del presidente municipal de incluirlos con el estatus de ambulantes.
Los boleros no saben qué pasó, cuál fue la determinación y porqué, lo único que piden es a la autoridad municipal “de manera más atenta y humilde al presidente municipal que nos regresen nuestra área de trabajo”.
Ya son diez días que no han podido ingresar al Zócalo “lo único que queremos es trabajar, honradamente, como lo hemos hecho todos los años”.
Lamentó que no han podido hablar con el presidente municipal “como somos pocos, no nos atiende” y aunque mencionó que van al corriente con sus pagos, están dispuestos a volver a pagar si es que eso es lo que requiere la autoridad para darle sus permisos.