Paloma Sánchez-Garnica, premio Planeta 2024, y Beatriz Serrano, finalista
OAXACA, Oax., 9 de octubre de 2020.- Las flores de borla y cempasúchil aún no crecen por completo, pero los campos de Santa Cruz Laxicholana, en el Valle Eteco, ya huelen a Día de Muertos.
Cirino Zárate, productor de estas tradicionales flores, indicó que la siembra de la borla inició en junio, mientras que el cempasúchil inició en julio.
Las flores llegarán a su punto en la temporada de Día de Muertos, el 1 y 2 de noviembre, listas para adornar altares y formar parte de las ofrendas para los seres queridos fallecidos.
Cirino comentó que pese a la pandemia y las restricciones en panteones de la ciudad de Oaxaca, confían en que la venta saldrá este año.
“A lo mejor no va a subir la venta, pero confiamos en que salga nuestra producción, ya que en los pueblos seguirán realizando sus ofrendas y visitas a panteones de manera normal”, dijo.
Detalló que la producción de estas flores tradicionales requiere de gran inversión, ya que se paga a ayudantes, maquinaria, riego, entre otros gastos.
Sin embargo, explicó que aunque los productores de Santa Cruz Laxicholana venden principalmente al mayoreo, también guardan algo de su producción para ventas al menudeo, ofreciendo los mejores precios a quienes se acerquen a comprar.
De igual forma, invitó a tomarse fotografías en los campos de flores de muerto y a disfrutar del característico olor de estas plantas.
“Pueden venir a Santa Cruz Laxicholana aunque sea a tomarse fotografías, aunque no compran, aunque sea para llevarse el olor de las plantas, aquí con mucho los estaremos esperando”, indicó.
Flor antigua de propiedades curativas y medicinales
Los colores de cempasúchil son: amarillo y anaranjado. Esta flor, además de ser utilizada en México durante las festividades del Día de Muertos para decorar altares y tumbas, se caracteriza porque desde la antigüedad es usada con fines alimenticios y medicinales contra cólico y parásitos intestinales.
En agricultura, se usa para repeler las plagas que atacan al tomate, y en la avicultura su pigmento natural y orgánico aditivo, aporta a las gallinas elementos necesarios para la producción de huevos con yemas más coloridas.
En México se han realizado 30 registros de variedades de cempasúchil, siendo las más conocidas la naranja y la amarilla.