Historia y literatura dan vida a La dulce tinta de Al-Jawater
OAXACA, Oax., 8 de diciembre de 2020.- La escritora Celia del Palacio dio voz a la mujer indígena en su novela ‘El camino del fuego’, una crónica novelada de la llegada de Hernán Cortés al pueblo totonakú y su ruta hacia Tenochtitlán.
La transmisión completa puede verse aquí:
En la presentación virtual de su libro, con el gestor cultural José Cruz Domínguez Osorio, a través de las páginas de Facebook de Planeta de Libros México y Quadratín Oaxaca, la autora detalló que es importante dar voz a las mujeres en los procesos históricos de México.
“Es muy importante recuperar la voz de la mujer en la historia de México, especialmente en esos episodios en que se ha invisibilizado su participación.
Al hablar de Xtaaku, la sacerdotisa totonakú protagonista de su novela, la autora dijo que este personaje nació por la necesidad de visibilizar el rol y visión de la mujer durante este periodo histórico de México que definió nuestra cultura.
“Con este evento México surgió en sus raíces como país, como una tierra distinta de lo que era antes, y esta especie de crónica desde la voz de una mujer es muy distinta de las otras que hemos leído sobre la llegada de los españoles”, expresó.
La autora dijo que la novela expresa la evolución de la visión de esta mujer sabia y sus procesos para adaptar su conocimiento previo ante este cambio que acabaría con el mundo que conocía.
“Tratamos de comprender con sus parámetros esas nuevas ideas que los extranjeros traen y dar validez a la cosmovisión indígena y cristiana”, dijo.
Del Palacio señaló que la investigación para su novela, que requirió más de año y medio, fue difícil y requirió grandes retas, comenzando con seguir la ruta de Hernán Cortés a Tenochtitlán.
“Parecería muy sencillo, pero me pareció muy complejo ir armando todas las tradiciones, usos y costumbres de los pueblos, fue una investigación complicada”, dijo.
Asimismo, señaló que trató de visibilizar las prácticas ancestrales como el hilado y la cocina prehispánica.
“Además de eso, siempre he estado en contra de los diálogos acartonados que parecen sacados de un libro de historia, sino que intenté plasmar diálogos vivos. Vivir el pasado como si estuviera en presente. Una mujer transmitiendo su crisis existencial en el mundo que ella conoció y que llega a su fin”, expresó.
La autora relacionó este hecho histórico con el actual, ya que con la pandemia de Covid 19 el mundo que conocemos cambió.
“En aquél tiempo, la viruela fue una enfermedad para la que la medicina conocida no tenía efecto, eso es muy similar a lo que vivimos hoy en día”, dijo.
Sin embargo, declaró la autora, nunca hay que perder la esperanza, que en su novela está representada por los niños, que son quienes vivirán y darán forma a la nueva era.