La Constitución de 1854 y la crisis de México
CIUDAD DE MÉXICO, 24 de octubre de 2017.- El proceso de designación del candidato del PRI a la presidencia de la república se reduce al acto de decirle al ungido –como Echeverría con López Portillo y como los cardenales ante la votación del siguiente papa– si aceptaría la carga del despacho presidencial.
Sin embargo, detrás de cada decisión ha habido un estilo personal y el presidente Peña Nieto ha dejado entrever cuáles son los rasgos principales de su estilo: apostarle a la victoria, aunque su problema en designación de candidatos a gobernador fue la falta de compromiso político de los candidatos.
Los indicios de Peña Nieto vienen de muy atrás: le tocó ser candidato mexiquense en el 2005, justo en medio del conflicto en el PRI por la decisión de Roberto Madrazo Pintado de apropiarse de la candidatura presidencial desde la presidencia del partido. La derrota aplastante de Madrazo –22% de votos, tercer sitio y pérdida de primera minoría en el congreso– dejó al PRI al garete.
Con habilidad, los recursos financieros y su capacidad para construir un grupo político, Peña Nieto convirtió la gubernatura del Estado de México en una mini presidencia priísta de la república. Los presidentes del PRI César Augusto Santiago (2005), Mariano Palacios Alcocer (2005-2007) y Beatriz Paredes Rangel (2007-2011) se hicieron cargo de un PRI sin liderazgo y sin recursos. Ahí apareció Peña Nieto como el jefe político del partido.
A Peña Nieto le han regateado su habilidad política, pero en cinco años controló el PRI, tejió una red nacional de poder mexiquense, puso presidentes del partido, designó candidatos a gobernador y logró que Paredes firmara un acuerdo con el PAN de Felipe Calderón para no hacer una alianza opositora en el Estado de México para la sucesión estatal de 2011 a cambio del voto legislativo a iniciativas calderonistas.
Peña Nieto ha sabido usar las herramientas del presidencialismo sin que le hayan reducido poder los datos de la realidad: aprobación mínima, pérdida de gubernaturas, encono en redes contra su persona y contra el PRI, colocación del PRI en las encuestas en tercer sitio y disminución del control político del poder por la multiplicación de organismos autónomos.
En comparación con otros presidentes de la república salidos del PRI, Peña Nieto es el que más errores ha cometido pero el que mejor ha sabido mover los hilos del poder. El dato más importante radica en que el PRI está en el tercer sitio de las encuestas, pero el PAN, el PRD y Morena tienen claro que no le podrán ganar al PRI porque las elecciones de julio del 2018 serán de estructuras electorales y sobre todo de estructuras de poder. PAN y PRD se tuvieron que unir para ser competitivos y López Obrador viene en caída.
La clave para entender el estilo personal de hacer política de Peña Nieto se localiza en la capacidad para ejercer el poder y en conocer y manejar el timing (tiempo y sincronización) de las decisiones desde el poder. Y sobre todo, para imponer el peso presidencial ante oposiciones internas y liderazgos alternativos débiles. Como pocos presidentes anteriores, Peña sabe para qué y sobre todo cómo usar el poder de la institución presidencial.
Sea quien sea el candidato del PRI, el verdadero candidato será Peña Nieto.
Política para dummies: La política es la firmeza para definir objetivos y decidir en función de ellos, sin importar las equivocaciones, pues al cabo que la política es personal.
Sólo para sus ojos:
· En los pasillos del poder corre otra versión sobre la crisis en la PGR: que el procurador Raúl Cervantes se negó a cesar al fiscal de delitos electorales por el caso Pemex-Emilio Lozoya y que por eso tuvo que irse. Peor aún: que habría alertado que ese despido sólo sobrecalentaría a los grupos activistas y se convertiría en una crisis política mayor.
· Con las revelaciones sobre las casas de Ricardo Anaya y Alejandra Barrales las expectativas del Frente Ciudadano se han ido desinflando. Y dicen por ahí que han aconsejado a Anaya salirse de la línea de golpeo y construir otra bolsa de protección, pero que el presidente del PAN está obsesionado con aparecer en los medios para consolidar su candidatura presidencial. Las reuniones con ciudadanos para recoger sugerencias para el programa del Frente ha sido un fracaso porque han recibido más críticas que propuestas.
· La actriz Kate del Castillo se ha convertido en una publirrelacionista de El Chapo Guzmán y de ello han tomado nota las autoridades judiciales de los EE.UU. que juzgan al capo.
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