Seis años de impunidad: no hay #JusticiaParaSol
Ingeniero Salomón Jara Cruz
P R E S E N T E:
Quien suscribe, Juan Sosa Maldonado, con fundamento en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, atenta y respetuosamente me dirijo a usted para exponer lo siguiente:
Corría el año 2006 cuando, rompiendo con la línea de discurso zalamero e implorante les recriminé a usted y a Jesús Murillo Karam, la pasividad y complicidad conque veían discurrir el conflicto en Oaxaca sin que hicieran realmente algo, ambos eran senadores de la República, ¡senadores! Una de las más altas investiduras que un político digno puede aspirar. Es una pena que la falta de capacidad y nivel político de quienes han ostentado ese cargo haya degradado la institución.
Más allá de sus ambiciones de ser gobernador del Estado, de usted no conocía gran cosa, en cambio de Murillo Karam tenía el antecedente de su paso por la Secretaría de Gobernación con Diódoro Carrasco Altamirano y su implementación de la guerra contra los indígenas Loxicha. No hacía más de cinco años desde que yo había salido de la prisión política, las ejecuciones continuaban, como hoy en los Loxicha y, quienes eran autoridades municipales en San Agustín en 1996 llevaban diez años presos.
Sí, les estaba reclamando el alto a la guerra en los Loxicha, el alto a la guerra en Oaxaca, sobre eso creo que ningún logro me pueden presumir. Menos ahora que su ex compañero en el Senado, Jesús Murillo Karam, está preso por represor.
Como recordará, quienes impulsaron al también represor Gabino Cué a la gubernatura, fueron parte de su estructura de gobierno mientras en las calles continuaba la limpieza social por la misma banda de sicarios que había utilizado Ulises Ruiz Ortiz para mantenerse en el poder. Sí, la coordinación con el crimen organizado había sido desde las más altas esferas de gobierno estatal y federal, por eso está prófugo Evencio Nicolás Martínez Ramírez y preso Genaro García Luna. En este mundo global no hay hechos aislados ni obras de la casualidad, todo obedece a un plan sistemático de represión en un contexto nacional de contra insurgencia social donde el argumento de seguridad nacional se utiliza para justificar los crímenes de lesa humanidad.
Que se ha vencido al neoliberalismo, que son la izquierda en el gobierno, ese es el discurso. Mientras, las defensoras y defensores de derechos humanos, las y los periodistas son reprimidos y asesinados. Se siguen computando por miles las personas desaparecidas y asesinadas. Tan sólo en Oaxaca, el estado que usted gobierna, la violencia feminicida se cobra la vida de una mujer cada tres días.
Pero pongamos por caso que de verdad quieren cambiar, entonces, suponga usted que soy una persona importante, como deben ser todas las personas, pero sobre todo suponga usted que soy una persona para la que usted decidió servir en esos largos años de sus aspiraciones de llegar a la gubernatura, no digo de sus aspiraciones de poder, porque en sus también largos años de legislador o servidor público, poder ya lo ha tenido. Suponga usted que yo soy una persona que tiene todos sus derechos y dignidades plenas. Por otro lado, supongamos que usted cumple la Constitución que juró cumplir y está obligado a cumplir, supongamos que es un hombre, quiero decir, un hombre de palabra… en fin, supongamos que por lo menos tengo derecho a que se me responda y, por tanto, a 116 meses de haber sido arrojado al exilio y 25 años de haber sido víctima de desaparición forzada, consciente de que el intento de ejecución extra judicial que sufrí con mi familia se dio en el marco de nuestro trabajo como defensores de Derechos Humanos con un gobierno local y federal altamente represor, en el entendido de que su gobierno y el gobierno del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se apartan de esa línea represora, que ha incluido no ver ni escuchar, solicito atentamente:
Se implementen los mecanismos necesarios para desmontar la vieja consigna gubernamental de acabar con mi vida y se garantice el retorno de los cinco miembros de mi familia: garantías plenas de seguridad, de preservar nuestra integridad física, psicológica, de respeto para nuestras vidas.
Sin otro particular, en espera de una pronta y favorable respuesta, quedo de Usted,
Desde un rincón del exilio,
Juan Sosa Maldonado
Defensor de Derechos Humanos