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Implementan operativo Barredora en Oaxaca de Juárez
OAXACA, Oax. 18 de septiembre de 2021.- El escritor, editor y periodista Claudio Sánchez Islas, envió una carta pública, esperando que la situación en el sector salud encuentre un punto de encuentro y reanuden el servicio:
Oaxaca de Juárez, Oax. A 18 de septiembre de 2021.
CARTA ABIERTA A LOS GOBIERNOS ESTATAL Y FEDERAL
A LAS SECRETARIAS E INSTITUCIONES DEL SECTOR SALUD
AL CENTRO ONCOLÓGICO Y DE RADIOTERAPIA DE OAXACA
Preocupado y convaleciente, rodeado por el escenario malsano de la pandemia de Covid-19,
afectado por la crisis económica que altera el rumbo social que anhelábamos,
desesperados por sobrevivir, pareciera que “hemos perdido todas nuestras guerras”, pero no, me parece que no debemos darnos por vencidos.
El CORO, “Centro Oncológico y de Radioterapia de Oaxaca”, institución de alta tecnología donde acabo de concluir mi terapia contra el cáncer de próstata. El hospital me atendió con gran sentido humano y con total profesionalismo, actitud que nos dispensaron a todos los que hemos sido canalizados allí para recibir quimioterapia, radiación por cobalto o mediante el acelerador.
Durante semanas compartí el servicio médico especializado con niños, mujeres, ancianos y jóvenes, algunos entrando con sillas de ruedas, otros portados en camillas, sin excepción gente de escasos recursos económicos, provenientes de pueblos próximos y ciudades lejanas. Todos coincidíamos allí día tras día buscando el alivio mediante el tratamiento y pagando costos mínimos pese a lo costoso esa tecnología y las medicinas.
Aun en los picos de la amenazante pandemia el servicio no se nos interrumpió. Cumplimos los protocolos sanitarios con disciplina y fe y las cosas marcharon bien, cuando todo a nuestro alrededor crujía, a consecuencia de la anomalía de la pandemia, particularmente el sistema institucional de la salud, primera línea de defensa nacional.
¿Qué nos sostenía la esperanza a tantos en ese oasis médico que ha sido el CORO?
El personal altamente especializado, el directivo y administrativo, mujeres y varones, jóvenes y adultos mayores, todos los que mantienen operable el edificio, los equipos, las oficinas.
Allí está un gran capital humano, profesionalizado, acreditado, técnico, solidario, eficiente y motivado. No me lo han contado. Yo lo acabo de vivir en carne propia. Son un hospital público que no pudiendo estar al margen de la crisis generalizada, hizo todo por no afectar a los pacientes, ya que un tratamiento oncológico no debe interrumpirse.
Les expreso mi gratitud por el empeño mostrado con hechos bajo circunstancias tremendamente adversas. Agradezco a las Secretarías de Salud estatal y federal que hayan sostenido la atención para cientos de pacientes, para quienes el CORO es la única opción posible para enfrentar al cáncer.
No ignoro que la crisis agudizada por la pandemia tuerce y retuerce nuestras estructuras económicas, presupuestales, laborales, etcétera, pero permítanme exhortarlos a ir negociando formas de superar los escollos sin interrumpir el valioso servicio en todas sus áreas. El personal profesionalizado de los hospitales públicos es un capital humano insustituible y la administración pública tiene el deber legal y ético de paliar el sufrimiento del estrato social más empobrecido, huérfano de toda otra oportunidad médica.
Reitero mi exhortación a aquellos en cuyas manos está superar el problema presente, a hallar las fórmulas que nos permitan a todos salir ganándole una batalla a esta profunda crisis, cuyo defecto es precisamente hundirnos en la derrota que es la insolución del problema. Requiere tiempo, lo sabemos, pero para un paciente con cáncer el tiempo sin tratamiento se vuelve crítico.
Exhorto, pues, a que las partes en conflicto, sin quitar el dedo del renglón, restablezcan el servicio médico y de medicamentos cuanto antes, ya. Particularmente en el CORO. Acaso la cuota de “sangre, sudor y lágrimas” que estamos pagando todos ¿no ha sido suficiente?
Respetuosamente
Claudio H. Sánchez Islas.
Ex paciente del CORO.