
El país lleno de fosas y ahorcan a García Harfuch
OAXACA, Oax., 10 de enero de 2020.- El poeta César Rito Salinas, (Tehuantepec en 1964) cumple 30 años de actividad en la poesía, su trabajo fue editado por vez primera en 1989, por la Casa de la Cultura Oaxaqueña; ahora vuelve este viernes 10 de enero al ex convento de los Siete Príncipes, donde la institución y sus amigos organizaron una lectura en conmemoración de aquel premio que dio inicio a su carrera literaria.
___ ¿Se vuelve al lugar del crimen?
___ Se vuelve, con tristeza: las cosas cambian, obviamente, transcurridos treinta años Oaxaca ya no cuenta con un Premio Estatal de Poesía, las instituciones abandonaron a los jóvenes poetas: el gobierno ya no apoya las letras, como en aquel otro tiempo, eliminaron publicaciones y colecciones literarias, ahora, quien escribe, corre a su suerte; estamos, como sociedad, convertidos en monumento, vestigio: sitio arqueológico con un pasado grande y un presente de mierda.
___ ¿Cómo inició por las rutas literarias?
___ Inicié como se inicia, por la lectura de la tradición literaria de Oaxaca, por Andrés Henestrosa, Carta a mi madre, por Guchachi’ reza, de Víctor de la Cruz, por la Colección Tortuga Transparente, de Macario Matus; allá, en la Casa de la Cultura de Juchitán, inicié como se inicia: cuando un libro me cambió el pensamiento.
___ ¿Con qué asuntos inició su poesía?
___ Oaxaca, como el país entero, vive de espaldas al mar (esto lo dijo Jaime García Terrés), los poetas zapotecas escribían de su tierra y su tradición, como buen adolescente rebelde pensé en escribir al puerto de Salina Cruz, puerto astillero donde construyeron las naves que navegarían por vía costera lo que conocemos como el Pacífico mexicano, y en travesía llegaría al puerto de la Santa Cruz, hoy conocido como La Paz; de Salina Cruz partieron las naves con hombres que descubrirían la alta y la baja California; y en Salina Cruz abrían hasta el amanecer los burdeles.
___ ¿Escribió para el viento?
___ Abrí los ojos en mi entorno, descubrí el mar de la gente pobre, el viento que azota sus
escuálidos cuerpos, la miseria que acarrea la industrialización del petróleo.
___ ¿Motivaron la escritura sus padres?
___ Mi padre fue marino militar, José Rito Katt, mi madre indígena zapoteca, Facunda
Salinas Gallegos, ¿no le recuerda esta unión la fundación misma de la lengua mexicana?
Claro, esta unión marca el origen, desde ahí vengo, desde el mejor origen: soy huérfano de
padre desde la infancia.
___ ¿Habrá una condición especial para hacerse escritor en Oaxaca?
___ Resistir el hambre, la indiferencia, aprender a ser diferente de tu vecino, buscar lo inusitado, aguantar el peso de los sueños, la desesperanza; levantarse y volver a soñar, ser fiel a tus sueños, terco, necio, tener aire en tu cabeza y hacer cosas sin sentido, leer y volver a leer, buscar la vida donde los demás corren, ser un poco torero, un poco gitano y un poco gente de barrio.
___ ¿Qué sabor le deja la fecha de los treinta años de trayectoria?
___ Mire usted, con treinta años a cuestas la gente se jubila, se convierte en un trasto, colchón olvidado a media sala en pleno día; la gente de mi edad busca amparo médico, vacunas contra la influenza; yo salgo en la madrugada a escribir poemas. Por otra parte, el oaxaqueño tiene un amor por la política, somos políticos desde nuestro origen, pero esa vida acaba, te arrebata la salud, el poder tiene término constitucional, la poesía te permite la lumbre de la juventud eterna porque vives a tu modo, a tu aire.
El viernes 10, en ex convento de los Siete Príncipes (Gonzáles Ortega 403, Centro), entre muros de cantera, a las 19 horas, volverá a sonar la voz del poeta.