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CIUDAD DE MÉXICO, 25 de julio de 2021.- De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), más de 70 por ciento del plástico no se recicla, lo cual ocasiona que cinco billones de fragmentos contaminen ríos y océanos, razón por la cual universitarios desarrollan materiales a partir de semillas de tamarindo, para generar envases biodegradables.
El plástico posee múltiples cualidades que lo convierten en un material predilecto para almacenar, transportar y envasar cualquier tipo de producto. No obstante, con el propósito de atenuar el impacto medioambiental de estas acciones, las científicas Elsa Gutiérrez Cortez y María de la Luz Zambrano, responsables del Laboratorio 16 de “Procesos de Transformación y Tecnologías Emergentes”, de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, realizan estudios a partir de la línea “Procesos de separación de hidrocoloides, mucílagos, almidones y polisacáridos en el área de alimentos”.
En el proyecto también colaboran los investigadores Alfredo Maciel Cerda, del Instituto de Investigaciones en Materiales (IIM) y Alicia del Real López, del Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (CFATA).
Obtenido de las semillas de tamarindo, dátil y otros productos que no encontramos en México, el xiloglucano –relevante por su uso en la industria farmacéutica– posee amplio potencial como agente espesante, estabilizante de espumas y emulsiones, útil en la construcción y elaboración de pintura, películas, recubrimientos, así como en la fabricación de cosméticos y alimentos.
Al considerar que el tamarindo es un fruto altamente utilizado en la industria alimentaria, pero cuyo uso se limita al contenido de su pulpa, Gutiérrez Cortez y su equipo decidieron trabajar con las semillas para obtener el polisacárido y aprovechar un ingrediente que se considera como desecho o subproducto.