Dos meses de huelga, miles de asuntos pendientes
David Dorantes | Apuntes
CIUDAD DE MÉXICO, 6 de octubre de 2018.- Faltan muchas letras grandotas y chiquitas por conocer de la nueva versión del Tratado de Libre Comercio (TLC), ahora llamado USMCA (Acuerdo Estados Unidos, México y Canadá, por sus siglas en inglés) que firmarán el próximo mes entre México, Estados Unidos y Canadá; sin embargo, entre líneas de lo poco que se conoce del estratégico pacto comercial es que le cierran la puerta a China vía México dado el evidente interés del poderoso país asiático.
Si bien, dicho pacto comercial no establece una prohibición directa para negociar entre México y China, sí indica el artículo 32.10 que tres meses antes de que cualquiera de los miembros del USMCA inicien negociaciones para un acuerdo libre comercial con cualquier país ‘de no mercado’, este tendrá que informar a sus socios sobre la intención de firmar un acuerdo; un apartado que se ha traducido entre la restricción y la desaceleración de las relaciones mercantiles entre el mercado mexicano y el chino.
Habrá que recordar que China es el segundo socio comercial de México y que recientemente la visita por tres ciudades de Tamaulipas de Qiu Xiaoqui, embajador chino, anunció la inversión de siete mil 500 millones de dólares en esa región, particularmente para la exploración de aguas profundas en el Golfo de México, pues desde hace cuatro años les interesa el Campo Trión y el Cinturón Plegado Perdido ubicados a unos kilómetros de la costa del Puerto Matamoros.
Otro dato interesante para tenerlo en la fórmula para frenar el avance de China sobre México, se debe considerar que desde 2011 se posiciona como la segunda economía del mundo y la décima potencia mundial en el consumo de energéticos por lo que su demanda para 2030 de energía crecerá a 42 por ciento –junto con India y Brasil- de todo el planeta.
Irónicamente esta situación del sector energético asiático fue ocasionada colateralmente por Estados Unidos en su afrenta contra Irán, Irak y Libia; lo que el poderoso país asiático está convirtiéndolo en una gran área de oportunidad.
Por ello, China está de compras en el mercado energético y particularmente está en eso en México desde hace una década. Cierto, le interesa la exploración de aguas profundas de Tamaulipas, pero también la energía eólica del norte del país, como la refinación en Tabasco, sin olvidar las enormes compras de acero que siguen transitando por el Puerto de Salina Cruz, Oaxaca.
Mientras la Cámara de Comercio y Tecnología México-China ya alerta que la restricción del artículo 32.10 del USMCA es un mecanismo que frenará las negociaciones comerciales, lo urgente es que se sienten las partes corresponsales de las administraciones públicas federales, estatales, como empresariales para que no resulten afectadas las regiones mexicanas que cuentan con proyectos que atraería la inversión asiática.
¿Qué hará el Senado de la República? ¿Están diseñando una contrapropuesta las Secretarías de Economía Estatal? ¿Alcanzarán a darle la vuelta las cámaras empresariales? Lo cierto es que China necesita tanto la energía de México, como los mexicanos de las inversiones asiáticas. ¿Usted qué opina? www.daviddorantes.mx
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David Dorantes
Periodista especializado en el sector energético y consultor en comunicación política. Premio Nacional de Periodismo como Mejor Corresponsal del Año (2011), Premio Trayectoria en Comunicación (2016) por el Senado de la República de México, Becario del Departamento de Estado (International Exchange Alumni) en Estados Unidos y cobertura en Washington de las elecciones de Barack Obama (2012).
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