Diferencias entre un estúpido y un idiota
CIUDAD DE MÉXICO, 15 de mayo de 2018.- La encuesta de El Financiero publicada este lunes 14 de mayo pasado, que da 20 puntos de ventaja a López Obrador sobre el segundo lugar, tiene cinco explicaciones básicas.
1.- Hemos tenido a un presidente lejano, que mostró interés por el país en abstracto, pero nunca buscó dar ni recibir el afecto de sus gobernados. La poderosa influencia de Luis Videgaray en esa actitud fría y distante fue negativa. Nunca se esforzó por ganarle pueblo a López Obrador, su rival político. Cuando le pregunté hace más de tres años en Palacio Nacional si no le preocupaba su baja popularidad pues conducía a la entrega del poder, respondió que no, que él no gobernaba para las encuestas. Con un presidente querido por la población, los casos de corrupción habrían tenido menos impacto y se habrían podido quitar gobernadores antes de que los escándalos crecieran como lo hicieron.
2.- López Obrador inició su campaña presidencial con cuatro años de anticipación, de manera ilegal, pues compitió con ventaja de tres y medio millones de spots y recorridos semanales por todo el país. El INE nunca dijo nada y los partidos se mostraron medrosos de denunciarlo ante el Tribunal Electoral para “no hacerlo víctima”. Ahora, por su temor, lo van a hacer presidente.
3.- Se dividió el PAN. Luego de haber tenido en sus manos la posibilidad de regresar a Los Pinos, dejó ir esa oportunidad por la obstinación de Ricardo Anaya de ser el candidato sin cuidar lo que tenía que cuidar: la unidad del partido. Se forjó una imagen de poco confiable, rompió pactos, no supo sumar indecisos, destruyó los puentes con el gobierno que le hubieran permitido captar el voto útil y le declaró la guerra al PRI y al presidente, algo que es más creíble en AMLO que en él. Su discurso le sirvió a Morena y no al PAN.
4.- Se desfondó el PRD y se vació hacia Morena. La alianza con Acción Nacional en la candidatura presidencial fue un fracaso y provocó una sangría constante en el perredismo hacia el liderazgo de López Obrador. De acuerdo con nuestra encuesta, el PRD, como partido, sólo tiene el cinco por ciento de la intención de voto a nivel nacional. El resto de lo que fue el PRD se lo llevó AMLO. Se acabó ese partido como alternativa de gobierno. Sus bases se las regaló a AMLO al renunciar a ser una opción de izquierda.
5.- Meade se equivocó al dedicar sus esfuerzos en combatir a Anaya y no en bajar a López Obrador. De Anaya se encargarían los propios panistas agraviados, pero la andanada del PRI y del gobierno contra el queretano lo vacunó: el que lo tocaba le hacía el juego al PRI. Esa razón llevó a Margarita a bajar de tono sus fundados reclamos a Anaya. Meade se dedicó, erróneamente, a luchar contra el segundo lugar. Y el que compite contra el segundo se puede llevar la medalla de plata o la de bronce, nunca la de oro. Haber renunciado a competir con López Obrador desde noviembre y apenas empezar a hacerlo ahora, le dio un tiempo valioso al de Morena para consolidar su primer lugar pues la disputa era entre el segundo y el tercero. También se equivocó al permitir que Enrique Ochoa -un buen técnico- se mantuviera en la presidencia del PRI a pesar de jamás haberse ganado a los priistas, no respetar acuerdos ni a la militancia que, tal vez en su imaginario, no existía.
Cada uno de estos puntos darían para exposiciones mucho más extensas, algunas de las cuales llegarán a toro pasado y a manera de linchamiento, pero ahí está la explicación de por qué AMLO lleva una delantera tan grande a la mitad de la campaña.
A la mitad, sí. Esto quiere decir que no se ha acabado.