Cortinas de humo
Oaxaqueñología | Raúl Avila Ortiz
«Felicidades a Lupita Thomas y Quadratín Oaxaca por sus primeros de muchos 12 años»
Hacia el 1J
OAXACA, Oax., 28 de enero de 2018.- Advierto tres círculos informativos y de análisis relevantes, intersectados, desde luego, en torno al proceso político electoral en marcha en México.
Uno se desarrolla alrededor de los plazos largos.
Otro está relacionado con el contexto externo e interno del proceso electoral, el cual todavía transcurre en su fase de precampañas.
Uno más tiene que ver con las incidencia propias de la coyuntura, en la que ya se advierte la intensa y cruda competencia “canchera” que está por venir probando la integridad de los árbitros y su mecanismo de revisión de jugadas y decisiones controvertidas.
Veamos algo de cada círculo pues de ellos se extraen conclusiones y propuestas.
En cuanto al primero, sirve de justificación el artículo de Enrique Krauze, hoy mismo en el Periódico Reforma, así como la reiterada línea argumentativa que carga la pluma de Lorenzo Meyer en el mismo diario.
Para Krauze, en ciertos momentos de la historia nacional, una mayoría popular cobra en las calles o en las urnas los irritantes agravios acumulados que le infieren sus gobiernos.
Habría ocurrido así con la Independencia, la Reforma, la Revolución, el movimiento del 68, la masiva votación anti-Salinas en 1988, por la alternancia en 2000 y, en 2018, quizás, aunque no lo nombre, por “ya sabes quien”, solo que al costo de destruir nuestra incipiente democracia pluralista, a la que habría que “cuidar”.
Para Meyer, lo mismo que para John Ackerman, por cierto, por el contrario ha sido en tal clase de coyunturas históricas cuando los mexicanos hemos recuperado y fortalecido valores comunes, ya sea soberanía, estado o nación.
Por tanto, según esta lógica, no habría por que pensar que un triunfo de López Obrador y su Morena produjeran una deriva contraria a los intereses del país.
De una y otra interpretaciones históricas se extraen, pues, consecuencias distintas, pero en todo caso relevantes para nuestra decisión informada rumbo al 1J.
En el segundo círculo, una serie de notas y opiniones correlacionan el contexto externo y la orientación de la política electoral nacional.
Así, por ejemplo, el factor Trump torna en variables influyentes la negociación del TLCAN, el DACA, su Muro, su política fiscal y, desde luego, su operación política transnacional, diplomática y mediática, no solo aquí sino también en Honduras y en terrenos del declinante socialismo y populismo sudamericano, que de Maduro a Lula y de Cristina a Evo o Correa intentan sobrevivir o repuntar.
Según los agudos reportes de Sergio Sarmiento desde Davos, hasta los líderes del Sur y China más Rusia hoy apoyan la globalización mientras que los principales líderes del Norte Occidental parecen atacarla, más por razones populistas particulares que técnicas o ideológicas.
La inferencia es natural: Si la ola es contra-cíclica, entonces que la lea AMLO y actúe en forma coherente o perderá otra vez.
Y, quizás, ello sea en parte el motivo que nutra su pragmatismo receptor de toda índole de interesados. En el cabe desde gente coherente hasta tránsfugas, oportunistas y aventureros de ocasión, que podrían estar abordando más bien el Titanic en lugar de El Arca de Noé.
Ni que decir de las coaliciones alternas. La del PRI y aliados con Meade, atentos a las señales económicas internacionales, que su propio gobierno federal opera. Y la del PAN y aliados con Anaya y compañía, que no tienen problema para alinearse en ese mismo sentido.
Otra cosa es el contexto interno. Aquí solo menciono dos variables.
Una, los efectos económicos adversos a la mayoría de la población y el electorado, vengan de los aumentos de precios a productos y servicios básicos, los millones de empleos mal pagados, o simplemente la desigualdad mostrada por Oxfam, el desencanto de las cartas de Woldenberg y la indignación popular que alimenta Corral y documentan Aristegui o Basave, bajo el riesgo de que, como se cansan de advertir los electoralistas neoinstitucionales, no se deslinden las causas de la corrupción y se destruya a la democracia pluralista como valor en sí misma.
Otra, la inseguridad y violencia criminal en niveles inéditos, al grado que si el Presidente cancela una gira a Tamaulipas por tal causa entonces el tema es muy grave y todos estamos expuestos. Desde luego que sí, aunque se matice y se diga que no, incluso e proceso electoral en algunos aspectos.
Resta por ilustrar el tercer círculo de la conversación pública. Actores, árbitros y jueces electorales.
En el aparecen Morena y aliados cuidando que su líder no cometa los yerros de ayer y antier, a la vez que tiende el mayor número de puentes posibles con todo tipo de intereses.
El PRI y aliados envían el mensaje de que terminará de armar a tiempo y pondrá a operar el portaaviones de candidatos que incluye modelos propios de sus fortalezas y debilidades de antaño y ogaño (senadores candidatos a diputados y estos a senadores más apertura a no militantes, mujeres, jóvenes y no tan jóvenes).
Que defiende la ortodoxia económica y el régimen político que, ahora si, (leánse muchas propuestas en “¿Y ahora que?”, obra coordinada por Héctor Aguilar Camín) se atreverá a renovar y del cual muchos de sus militantes de base ya reniegan por contradictorio y excluyente (por ejemplo en Chiapas y la mayoría de las otras 8 entidades en que se elegirá gobernador).
La del PAN y aliados, en operación táctica para optimizar energías, ya en Puebla con Moreno Valle o en Ciudad de México con Miguel Mancera. Afronta su inherente complejidad dados sus (des)componentes internos. Cuando le es útil, le inspiran sus referentes alemán o chileno, juntos pero no revueltos, los democristianos y socialdemócratas.
En cuanto a los candidatos no dependientes de partidos pero no tan independientes de otros poderes y actores, cada uno entrara pronto a su propio examen de evaluación de firmas ante el INE, que no es el INEE y tampoco el INAI porque, entre otras diferencias, tiene a la “Comisión de Arbitraje” del TEPJF como instancia de apelación.
En fin. Los círculos concéntricos se acercan y se distancian, se abrazan y se separan pero nunca se ignoran.
Son esos círculos y sus circunstancias los que determinarán, más o menos, las condiciones que irán definiendo el 1J.