
Lágrimas de cocodrilo
OAXACA, Oax. 8 de agosto de 2025.- En el mundo actual, donde la movilidad se ha vuelto una prioridad para profesionales y creativos, las tablets han dejado de ser simples herramientas de entretenimiento para convertirse en verdaderas estaciones de trabajo portátiles. Ilustradores, diseñadores gráficos, editores de video y creadores de contenido necesitan dispositivos capaces de responder con fluidez, precisión y potencia a los desafíos de sus disciplinas.
Sin embargo, entre tantas opciones disponibles en el mercado, saber cómo elegir una tablet para tareas creativas saber cómo elegir una tablet adecuada para tareas creativas como el iPad Pro, la Samsung Galaxy Tab S9 Ultra o la Microsoft Surface Pro 9, puede marcar una diferencia importante.
La potencia bruta ya no es el único criterio a tener en cuenta, sino que elementos como la calidad de la pantalla, la compatibilidad con stylus profesionales, el sistema operativo, la duración de la batería o incluso el ecosistema de aplicaciones son factores que pueden afectar el flujo de trabajo y la productividad.
Para quien se dedica al diseño, la pantalla no es un accesorio, sino una extensión directa de su trabajo. Por eso, uno de los primeros elementos que conviene revisar es la calidad del panel. Una buena tablet para diseño debe contar con una alta resolución, buena cobertura del espectro de color (como sRGB, DCI-P3 o Adobe RGB), brillo uniforme y un excelente nivel de contraste.
La respuesta táctil también es esencial. Si el dispositivo tiene retardo al interpretar los trazos o no detecta con precisión los niveles de presión y ángulo del lápiz digital, el resultado puede ser frustrante. Es aquí donde muchas tablets de gama alta hacen la diferencia, al ofrecer una interacción más natural y sensible.
El trabajo con archivos pesados, capas complejas o animaciones en alta resolución requiere de una buena capacidad de procesamiento. Una tablet enfocada al diseño o a la edición debe contar con un procesador de última generación, que asegure fluidez en tiempo real, sin ralentizaciones ni cierres inesperados.
Además, el rendimiento gráfico es fundamental. Aplicaciones como editores de video, programas de ilustración digital o modelado 3D dependen en gran parte de la unidad gráfica (GPU) para funcionar con eficiencia.
A diferencia de las tablets comunes, los modelos más potentes incorporan chips que permiten trabajar con múltiples efectos, renderizar animaciones o exportar proyectos pesados sin inconvenientes. Entre los más recomendados están el iPad Pro con chip M2, la Microsoft Surface Pro 9 con procesador Intel de última generación y la Samsung Galaxy Tab S9 Ultra con Snapdragon 8 Gen 2, todas capaces de ejecutar software creativo exigente con fluidez.
Es clave también que el dispositivo tenga una buena gestión de la memoria RAM. En tareas como la edición multimedia, abrir varios archivos o mantener múltiples apps en segundo plano es algo habitual.
Uno de los recursos más valorados por los diseñadores e ilustradores digitales es el stylus o lápiz óptico. No todos los modelos ofrecen la misma respuesta ni la misma precisión, por lo que es importante verificar que la tablet incluya o sea compatible con un lápiz profesional.
La sensibilidad a la presión, la detección de inclinación, la velocidad de respuesta y la sensación al contacto con la pantalla son factores que influyen directamente en la calidad del trabajo final. Además, algunos lápices incluyen botones personalizables, reconocimiento de palma (para evitar marcas accidentales al apoyar la mano) y puntas intercambiables.
El stylus debe sentirse natural, como si se tratara de un lápiz real. Esta característica es esencial, especialmente para quienes vienen del dibujo tradicional y están migrando a medios digitales.
Aunque muchas tablets tienen características similares en cuanto a hardware, la experiencia de uso puede variar considerablemente según el sistema operativo. Android, iPadOS o Windows ofrecen entornos distintos, cada uno con sus propias fortalezas y limitaciones.
Para tareas específicas como la edición de video, el retoque fotográfico profesional o la ilustración avanzada, conviene revisar qué aplicaciones están disponibles en cada sistema. Algunas herramientas muy populares, como Procreate o LumaFusion, son exclusivas de ciertas plataformas.
Además, el ecosistema de aplicaciones también incluye las herramientas de sincronización con otros dispositivos, almacenamiento en la nube y servicios de respaldo. Quienes ya trabajan con laptops o computadoras de una marca determinada podrían encontrar ventajas al optar por tablets del mismo entorno, lo que facilita la transferencia de archivos, el uso compartido de software o la integración con accesorios.
En trabajos multimedia, el tamaño de los archivos suele ser considerable. Fotos en alta resolución, videos en 4K o proyectos de animación pueden ocupar varios gigabytes fácilmente. Por eso, es recomendable que la tablet cuente con una buena capacidad de almacenamiento interno, y si es posible, con la opción de ampliación mediante tarjetas externas o almacenamiento en la nube.
La velocidad de escritura y lectura del almacenamiento también tiene impacto directo en el rendimiento. Una unidad de estado sólido (SSD) integrada permite abrir archivos grandes en menos tiempo y exportar resultados sin demoras.
En cuanto a conectividad, contar con puertos USB-C, entrada para tarjetas, compatibilidad con pantallas externas o Bluetooth de última generación puede mejorar notablemente el flujo de trabajo. Incluso si se utilizan accesorios como teclados, mouse o discos duros externos, disponer de una conexión estable y rápida permite trabajar de forma más eficiente.
Una de las grandes ventajas de las tablets frente a las computadoras tradicionales es su facilidad para transportarse. Por eso, el peso y el tamaño son aspectos importantes. No todas las personas trabajan desde una oficina o estudio; muchos creativos lo hacen desde cafeterías, espacios compartidos o durante viajes. Contar con un equipo liviano y fácil de llevar ayuda a mantener la productividad sin importar el lugar.
También es fundamental que la batería tenga una duración suficiente para soportar una jornada completa de trabajo, o al menos varias horas de uso intensivo sin necesidad de recarga. Las tareas de edición y diseño suelen ser demandantes, por lo que la optimización energética del dispositivo puede ser determinante.
En el ámbito profesional, proteger el contenido es tan importante como crearlo. Por eso, muchas tablets actuales ofrecen funciones de reconocimiento facial o dactilar, cifrado de archivos y sincronización automática con servicios de almacenamiento seguro.
Estos recursos no solo sirven para proteger el acceso, sino también para garantizar que los archivos no se pierdan en caso de fallos técnicos o extravío del equipo. La posibilidad de tener respaldo en la nube, configuraciones automáticas de guardado y versiones anteriores de los proyectos aporta una capa de tranquilidad al trabajo diario.
No todas las personas que trabajan en diseño o edición necesitan el mismo tipo de dispositivo. Algunos requieren potencia gráfica para renderizar videos complejos, mientras que otros buscan una herramienta rápida y fluida para ilustración digital o bocetos. Por eso, más allá de las especificaciones, conviene pensar en el tipo de trabajo que se realiza habitualmente y cuáles son las prioridades personales: ¿más potencia o mayor movilidad? ¿mayor pantalla o más ligereza?
Además del rendimiento, es importante evaluar la curva de aprendizaje del sistema operativo, la disponibilidad de los programas que se utilizan a diario y la comodidad al momento de dibujar, escribir o editar. Un buen dispositivo no solo cumple con tareas, sino que facilita el proceso creativo y ayuda a que las ideas se materialicen con mayor naturalidad.