
Mario Vargas Llosa cumple este viernes 89 años
OAXACA, Oax. 28 de marzo de 2025.- Considerado uno de los grandes referentes de la literatura hispanoamericana, Mario Vargas Llosa ha construido una obra diversa, compleja y en constante transformación.
Su lectura puede abordarse desde distintas etapas, marcadas por cambios estilísticos, temáticos y políticos que permiten entender la riqueza de su narrativa.
Nacido en Arequipa, Perú, el 28 de marzo de 1936, Vargas Llosa inició su carrera dentro del movimiento conocido como el boom latinoamericano, junto a autores como Gabriel García Márquez, Julio Cortázar y Carlos Fuentes.
Este fenómeno editorial, surgido en la década de 1960, catapultó a escritores latinoamericanos al escenario internacional, marcando un antes y un después en la literatura en español.
Durante el boom, Vargas Llosa destacó por su exploración del poder, la violencia y la estructura narrativa innovadora.
Su primera novela, La ciudad y los perros (1963), ganó el Premio Biblioteca Breve y causó gran polémica en Perú por su crítica a las instituciones militares. A partir de ahí, su obra fue creciendo en complejidad y experimentación formal.
A pesar del reconocimiento internacional, su figura ha estado rodeada de controversias personales, desde posturas políticas conservadoras hasta tensiones familiares que llegaron a la prensa del corazón.
Su mediática separación de Patricia Llosa y su posterior relación con Isabel Preysler captaron la atención pública.
Sin embargo, estos episodios no han opacado el impacto de su producción literaria.
Entre sus ensayos destaca Historia de un deicidio (1971), dedicado al análisis profundo de la obra de Gabriel García Márquez, otro miembro del Boom, con quien tuvo una relación cercana hasta su ruptura definitiva en los años 70 por sus posturas opuestas ante la revolución cubana.
El texto es considerado uno de los estudios más completos sobre el autor de Cien años de soledad, a pesar de la posterior distancia personal entre ambos.
Narrativa:
Ensayo destacado:
Teatro (selección):
Leer a Vargas Llosa es también seguir el pulso de las transformaciones del continente.
Desde el realismo crítico hasta los escenarios cosmopolitas, su obra ha acompañado los dilemas sociales, éticos y culturales de América Latina.
A pesar de las controversias que rodean su figura, su aporte literario permanece como uno de los más sólidos y estudiados del siglo 20 y 21.
Y un apunte personal: Me parece que una de las portadas más bonitas es la de Tiempos recios, en la que utilizaron un detalle del mural Dualidad de Rufino Tamayo.