Día 23. Por oportunismo, crisis en Ciencias Políticas de la UNAM
OAXACA, Oax. 9 de julio de 2018.- Es bueno que los partidos morralla, los pequeños, esa chiquillada que ha medrado con el dinero de los procesos electorales se hayan ido, ojalá no vuelvan.
Pero tampoco es bueno que desaparezcan las opciones políticas, digamos que tradicionales de este país.
En toda nación que se respete debe haber partidos de derecha e izquierda, y acaso de centro. Es preciso ese sistema de contraste de ideologías y posiciones.
No es bueno que exista partido único, nada bueno para el avance de la democracia.
Aunque, como decía Sartori, definir la democracia no es fácil. Es una palabra –dice- que se usa en largos discursos, concepto lleno de trampas. Pero sin duda, no puede existir hoy sin un sistema de partidos políticos.
De ahí, lo poco sostenible de las candidaturas independientes, misma que fue colocada en su justa dimensión.
Cualquier locuaz como “El Bronco” puede entrar con trampa y sin seso como independiente a estorbar.
Es impresionante la lección ciudadana del pasado domingo, para quienes decían que no había que votar con coraje, la gente les dejó claro que no sólo se puede votar así con toda justicia, sino, además, poner a cada quien en su lugar.
Se hizo a un lado a los partidos morralla, aunque aún queda el PT; se disminuyó hasta la agonía al corrompido partido de los “Chuchos”, el PRD; el PRI recibió en revés más fuerte de su historia, está en veremos su sobrevivencia.
Ahora los mexicanos necesitamos reconstruir el sistema de partidos políticos, imprescindibles en la democracia.
¿Pero con que caballeros ir a esa guerra? ¿Quiénes van a reconstruir o construir partidos políticos? Al menos en Oaxaca no se ve con quién. En el PRI, por ejemplo, fueron de malo a peor, no encontraban dirigente de ese partido que fuera útil en este proceso electoral. Alguien que siquiera disminuyera la debacle inminente que todos veían menos ellos; o quizá la descomposición de ese partido es tal, que no tenían ni cómo, ni con qué enfrentar la anunciada decisión de los ciudadanos.
Pero no sólo el PRI, también el PRD exhibió todas sus debilidades, sus miasmas, la venta de ese partido a un grupo de priistas resentidos dispuestos a lo que sea para entrar a la puja por el relevo sexenal en unos años en Oaxaca.
El grupo de Ulises Ruiz, con Héctor Pablo Ramírez y el de José Murat con Raúl Bolaños pelearon en todo momento la senaduría por primera minoría, pues el “efecto peje” es arrollador en Oaxaca.
De nuevo como cada seis años López Obrador arrasó en Oaxaca, ahora más fuerte. Y también en la disputa de la primera minoría una vez más el grupo de URO fue derrotado por su adversario, quien ya lo agarró de cliente.
Sin embargo, no se conforma el “tirano” con el cascarón del PRD, también quiere el del PRI.
Si bien Gabino Cué ha sido el gobernador más corrupto de Oaxaca, el políticamente peor no deja de serlo Ulises Ruiz. ¿Con esa prenda quiere dirigir un partido nacional?
Ahí es donde inician los problemas para la democracia y el sistema de partidos. ¿Con qué clase política revitalizar la democracia? En Oaxaca, desde la época de Heladio Ramírez y Diódoro Carrasco, no se han creado nuevos cuadros políticos; siguen activos aquellos que aparecieron desde entonces en las posiciones de poder, relevándose. Entre ellos, Hernández Fraguas, Alfonso Gómez Sandoval, Estefan Garfias, Martín Matus, entre otros.
Incluso se han dado francos retrocesos, como en el sexenio de José Murat, cuando antiguos y obsoletos políticos fueron reincorporados a la función pública, Ricardo Dorantes, Porfirio Montero, Annuar Maffud, mismos que hoy están de nuevo en el gobierno del vástago de Pepe Murat.
¿Entonces con qué caballeros irán a la guerra? Vemos que no sólo no hay nuevos cuadros, sino un retroceso hacia los ya quemados que no funcionan y tienen a la entidad en la ingobernabilidad.
¿A quién van a mandar ahora a dirigir el PRI? ¿Retornará el subordinado Raymundo Carmona a darle la puntilla al PRD de URO en Oaxaca? ¿Reiniciará la puja del cuestionado Luis de Guadalupe contra Juan Iván en el PAN? ¿Qué será de la demagoga indigenista y empresaria de la construcción Eufrosina? ¿Hará el partido de los indígenas que también saben transar?
Es preocupante esa falta de cuadros políticos, reflejo de nuestra atrasada cultura política, a su vez reflejo de nuestros 38 años de atraso educativo propiciado por el grupo de vanguardia dizque de izquierda que hacen todo por cobrar más y trabajar menos, con lo que han sumido a la entidad en los últimos lugares de calidad educativa del país, la Sección 22.
Es larga esta cadena que nos ata al atraso. ¿Por dónde empezar?
@blaslc