Creador de mercado, profesión al alza
LA X EN LA FRENTE
Es hecho notorio el prestigio del que siempre ha gozado la Escuela Judicial Electoral. Ha sido junto con (y a veces por encima) de la Escuela Federal de Formación Judicial garante de la calidad en la formación jurídica de todo aquel que quiera complementar o iniciarse en el estudio del derecho como ciencia, como cuerpo de conocimiento.
Y el uso obligado de las herramientas digitales durante y después de la pandemia no hizo más que incrementar ese prestigio.
Con un equipo de gente formada, informada y profesional -entre quienes están mis amigos Luis Octavio Vado, José Ramón Narváez, Miguel Ángel Sánchez Vieyra y Ramón Hernández – la EJE no sólo se ocupa del Derecho Electoral.
Y no se limita ni siquiera al campo de derecho. Como es natural, forma e investiga sobre temas en materia de Ciencia Política.
Dentro de su oferta amplia y permanente, la EJE acaba de convocar a un interesantísimo diplomado sobre Constitucionalismo, dedicado a su historia y las teorías que lo explican y le dan contenido como disciplina de estudio y como sistema jurídico y político en acción.
Con el tiempo te das cuenta de que los cursos y diplomados no sirven para aprender más y saber más. Sino son una oportunidad para disfrutar el placer de nuevas reflexiones y nuevas amistades que te hagan mejor persona y -cuando es el caso—mejor servidor público.
En apariencia, un diplomado sobre Constitucionalismo no tiene mayor aplicación práctica.
Pero si nos detenemos a pensar un poco, cuando un abogado (cualquiera que sea aquello a aquello a que se dedique) conoce, entiende y se hace consciente de cómo las Constituciones de su país y de su estado han llegado a ser lo que son, le da sentido a su papel como abogado en el momento en que le toca vivir.
Y es que la Constitución es el universo en el campo de trabajo del abogado, y el límite a lo que los gobiernos pueden hacer. Nada ni nadie puede estar por encima, en contra o fuera de las constituciones.
Pero esto es algo que ha perdido sentido a fuerza de repetirlo mecánicamente.
En este diplomado se ofrece un recorrido histórico, jurídico y político sobre cómo los seres humanos han decidido arreglarse para vivir pacíficamente en sociedad; desde los antiguos egipcios hasta nuestros días en México y en el mundo.
Todo ello implica además la reflexión crítica sobre el Constitucionalismo que tenemos aquí y ahora, y por lo mismo de nuestra relación como ciudadanos con nuestras constituciones para poder replantearlas si es preciso.
Eso sí, lo que se aprenda y se descubra tiene que bajar al pueblo; en su lenguaje, en sus códigos de entendimiento y en su contexto. Debe ser ejercicio del conocimiento al servicio del cambio social.
*Magistrado Presidente de la Sala Constitucional y Cuarta Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia de Oaxaca
*La columna se publica por atención al autor y no tiene nada qué ver con el Tribunal Superior de Justicia de Oaxaca.