Diferencias entre un estúpido y un idiota
CIUDAD DE MÉXICO, 20 de marzo de 2019.- El país se distrae con fuegos y discursos de artificio.
Todo porque la declaración -y en el caso de la inseguridad la omisión o la incapacidad- ha sustituido la ley y su aplicación para dar vigencia al mayor vacío nacional, el Estado de Derecho.
Veamos por qué.
La Constitución no deja duda:
Carecen de valor legal cualquier consulta, sea para revocación de mandado o para tomar decisiones no contempladas en algún ordenamiento legal.
Dice el artículo 83:
“El Presidente entrará a ejercer su encargo el 1º. De diciembre y durará seis años…”.
En el sexenio en curso, ese encargo comenzó el 1 de diciembre de 2018 y se cumplió con la rigidez del calendario: Enrique Peña se fue el 30 de noviembre y llegó Andrés Manuel López Obrador.
Y conforme al mandato constitucional, el sexenio terminará el último día de octubre de 2024 porque se acortó este período por las elecciones y también la toma de posesión del próximo mandatario.
Tampoco debería haber, desde el punto de vista constitucional, duda sobre la permanencia o prolongación de la permanencia de Andrés Manuel López Obrador en Palacio Nacional.
Dice el mismo artículo:
“El ciudadano que haya desempeñado el cargo de Presidente de la República, electo popularmente, o con el carácter de interino, provisional o sustituto, en ningún caso y por ningún motivo podrá volver a desempeñar ese puesto”.
JAMÁS HABRÁ UNA CONSULTA ADVERSA
Leído el texto, lo demás es publicidad.
No hay mucho texto constitucional para hablar sobre otros elementos.
Queda claro: una consulta popular no puede tener aplicación obligatoria para terminar con un presidente electo para seis años y no para estar sujetos a vaivenes de la opinión social.
Ni antes ni después del sexenio.
Diferente será si, por voluntad propia o por un eventual resultado adverso –doble contra sencillo: jamás le será adverso al tabasqueño- Andrés Manuel López Obrador decide irse.
No lo veremos y guarden sus armas quienes quisieran ver el retiro del de Macuspana antes de tiempo.
Su control político es y será inconmensurable, pues para eso trabaja.
LUPA DE EU AL COMERCIO CON MÉXICO
1.- México ya no tiene salvación.
Ha dado su venia –el viejo placet cuando la diplomacia tenía tanto sentido- para la designación de Cristopher Landau como embajador de Estados Unidos.
Sustituirá, casi un año después, a la seductora Roberta Jacobson.
Pero el señor Landau es un especialista en apelaciones y si en algún aspecto habrá problemas con Donald Trump será en materia comercial.
Y faltan todavía las observaciones y reservas del Senado de Estados Unidos al tratado de América del norte, cualquiera que sea su término.
Y 2.- a falta del apoyo federal, los gobiernos estatales y municipales buscan cómo apoyar a niños, padres y sobre todo madres de familia con infantes en edad de guardería.
Pero ante la reducción de participaciones federales y estatales y la falta de captación municiipal sorprende cómo el alcalde de Ciudad Juárez, Armando Cabada, ha decidido ampliar la protección a niños pobres de uno a 17 años.
Allá se llaman Centro de Atención y Cuidado Infantil y hasta hoy el servicio se ofrece únicamente a quienes tienen de cuatro a 12 años.