Economía en sentido contrario: Banamex
CIUDAD DE MÉXICO, 18 de diciembre de 2018.- Desde septiembre, 20 mil jóvenes de Morena han recorrido el país casa por casa en los sectores de clase media baja y baja, preguntando sus necesidades, para que luego el gobierno les entregue la tarjeta con el apoyo económico correspondiente.
Ese apoyo, gestionado de manera partidista, los atará por siempre al partido político del presidente.
Detrás de las buenas intenciones del presupuesto, estamos siendo atenazados por una implacable maquinaria de control político.
Por eso en el presupuesto no vemos gasto que detone crecimiento económico como se prometió, sino asistencialismo para tener el control político de los votantes y garantizar la permanencia de Morena en el poder.
Y por eso cancelan la reforma educativa con base en mentiras.
No les interesa que los estudiantes aprendan a pescar, sino que el gobierno les dé el pescado para mantenerlos como clientela electoral.
A 300 mil jóvenes de escasos recursos, que van a la universidad, se les van a dar 10 mil millones de pesos anuales.
No se los van a entregar las universidades, previo censo elaborado por ellas, sino que el favor de incluirlos en el padrón fue de Morena y el dinero se los va a entregar el gobierno.
De esa encuesta levantada por los voluntarios de Morena, salen también 44 mil 300 millones de pesos para jóvenes que no estudian ni trabajan.
Además, otros cien mil millones de pesos para duplicar la pensión a adultos mayores.
Y 16 mil millones de pesos para repartir en colonias populares.
En el campo la operación es implacable. Se camban los programas ya existentes, por otros en que el dinero será entregado por los “súper delegados”, integrantes de Morena, ex candidatos de Morena y futuros candidatos de Morena.
Miles de millones de pesos a Producción para el Bienestar.
Miles de millones de pesos a precios de garantía.
Miles de millones de pesos a créditos a la palabra.
Fertilizantes gratis (600 millones).
Muchos de estos apoyos se necesitan y algunos son dignos de aplauso. El problema está en su implementación, que es partidista.
Los apoyos a los jóvenes los gestionaron los 20 mil voluntarios (tres mil 500 pesos mensuales) de Morena.
El dinero para pagar a los dos millones de jóvenes que se van a capacitar en las empresas no se los van a entregar los centros de trabajo, sino el gobierno a través de la tarjera que les tramitó Morena.
Los programas sociales en los estados, y en el campo, estarán a cargo de los morenistas investidos de súper delegados.
Todos ellos, súper delegados en los estados, y voluntarios que levantan censos de necesidades, están coordinados bajo el mando de Gabriel García.
¿Y quién es este poderoso funcionario, encargado de la red clientelar de reparto de recursos oficiales?
Ex secretario de Organización del CEN de Morena, y durante la jefatura de Gobierno de Andrés Manuel López Obrador en el DF, fue el encargado de gestionar recursos para las campañas de su líder a través de la Asociación Civil Honestidad Valiente.
Llegaron para quedarse. Con esa clientela electoral la tienen ganada.
Aunque el crecimiento económico sea mínimo, no haya infraestructura para el desarrollo, y la mala educación siga condenando a los jóvenes de escasos recursos a vivir de los apoyos del gobierno. De éste, más los que vengan.