Dos meses de huelga, miles de asuntos pendientes
CHugo Tulio Félix Clímaco
CIUDAD DE MÉXICO, 23 de diciembre de 2018.- Este domingo 23 de diciembre, el Presidente López Obrador estuvo en el Istmo de Tehuantepec para lanzar el megaproyecto del Ferrocarril Transístmico (FFCC) y posiblemente integrar esta iniciativa con las zonas especiales (ZEEs) de Salina Cruz y Coatzacoalcos.
Si AMLO abraza y adopta el esfuerzo de las ZEEs con modificaciones de su sello, hará que converja su visión de desarrollo del Istmo con la del Presidente Peña.
Por el bien del Istmo y sin duda de todo el Sur-Sureste del país, ambas deben ser visiones que coincidan y crezcan, dos lados de la misma moneda del desarrollo regional, por decirlo de manera sobresimplificada, el FFCC, los puertos y los parques industriales, la infraestructura, es decir la oferta, y las inversiones privadas en la región y su inherente demanda de transporte, la demanda interna.
La historia del Istmo de Tehuantepec, específicamente los proyectos fracasados, desde la onerosa indemnización de la concesión a la compañía inglesa Pearson and Sons, al proyecto Puebla Panamá en la primera década de este siglo, demuestran que sí y solo si se garantiza la demanda (privada) podrán crearse en el Istmo una gran cantidad de empleos productivos y sostenibles.
El Istmo de Tehuantepec es fascinante no solo para los que tenemos la fortuna de tener ahí plantado el ombligo: a nuestra región la caracteriza una enorme dinámica cultural y política, la migración, el tránsito constante, el no conformismo, la protesta, la rápida integración como propio de lo llegado de fuera, la asimilación de lo diverso.
En ocasión del nuevo proyecto Transístmico conviene recordar que el 11 de septiembre de 1894 el tren del Ferrocarril Nacional de Tehuantepec recorrió por primera vez los 310 kilómetros de Coatzacoalcos a Salina Cruz en 10 horas y 20 minutos, esto es mucho más rápido que hoy en día debido al mal estado de la vía.
Sin embargo, los puertos y aquella vía ferroviaria no estaban habilitados para el tráfico masivo de carga.
Por ello, el Presidente Porfirio Díaz con visión y también con verticalismo, promovió un trato entre un objetivo público y el expertise y la capacidad de financiamiento privado para mejorar la vía ferroviaria y permitir la llegada de buques de gran calado.
Díaz contrató a la compañía inglesa Pearson and Sons, a la cual, a cambio de la inversión se le otorgó el derecho de operar por 50 años el ferrocarril y los puertos de manera integral.
El Ferrocarril Nacional de Tehuantepec a pesar de altibajos operó con éxito de 1902 a 1918, principalmente porque la demanda estaba garantizada y por otro lado, los costos adicionales por el constante azolve del puerto de Salina Cruz, la intermitencias en la operación debido a la Revolución Mexicana y el inicio del funcionamiento del Canal de Panamá, con tarifas subsidiadas por los EEUU, no permitieron que este gran proyecto pudiera madurar y generar mayor integración y desarrollo económico hacia el Sureste.
En 2017 y 2018 el Gobierno Federal coordinó la creación de 8 zonas económicas especiales y entre ellas las de Coatzacoalcos y Salina Cruz. El objetivo general ha sido cerrar las brechas regionales a través de la conjugación de esfuerzos públicos y privados, creando nuevos polos de desarrollo industrial que atraigan inversiones, generen empleos de calidad, desarrollen cadenas de valor, detonen una demanda de servicios locales y otorguen beneficios a la población.
Por ello es muy acertado que el Presidente AMLO se haya propuesto crear el Corredor Transístmico, reactivando el ferrocarril y operando de manera integrada los puertos, a través de esfuerzos mixtos, entrándole de frente a buscar la aceptación y expresamente la inclusión social de las comunidades indígenas y marginadas. La gran legitimidad de López Obrador indica que éste es el momento indicado para emprender el Transistmico con toda determinación.
Enhorabuena, cuando hay políticas públicas inclusivas debe haber convergencia entre ellas y eso es una buena razón para estar optimistas con la priorización del Istmo de Tehuantepec por la 4T, porque haciendo esta región más productiva y equitativa, se impulsará el desarrollo económico de todo el Sur-Sureste.
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