Aunque lo nieguen, sí hay terrorismo
CIUDAD DE MÉXICO, 26 de diciembre de 2018.- Aquí no sabemos si fue o no un accidente la tragedia en la que perdieron la vida los esposos Erika Alonso y Rafael Moreno Valle, gobernadora de Puebla y líder de los senadores del PAN, respectivamente.
Aquí creemos que sólo una profunda investigación –de peritos de la materia–, determinará las causas y, en su caso, fincará responsabilidades.
Pero sí creemos que existe un doble discurso y hasta una doble moral entre buena parte del gobierno federal y su partido, Morena, que primero satanizó al naciente gobierno de Puebla, a la gobernadora y a su esposo y, luego de la tragedia, pidió no especular, no sacar conclusiones adelantadas y menos sembrar la duda.
Creemos, por tanto, que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador es víctima de su propia cultura de odio, especulación sin freno y polarización social. Pero vamos por partes.
1.- Se equivocan los voceros presidenciales, los secretarios Alfonso Durazo y Javier Jiménez Espriú, cuando hablan “de un accidente” y aseguran que el incidente se debió “a una avería” del aparato desplomado. ¿Por qué se equivocan? Porque nadie sabe hoy las causas de lo ocurrido y sólo los peritajes de expertos lo determinarán.
2.- Durante años, Morena, el entonces opositor, López Obrador y toda su claque hicieron de la especulación, la difamación, la siembra de duda, odio y división de los mexicanos su modus operandi político; especulación, difamación, duda, odio y división que hoy se revierten cuando López Obrador es Presidente y su grupo es parte fundamental del gobierno.
3.- Para la especulación, la difamación, la siembra de duda, de odio y para la división de los mexicanos, Obrador y Morena contaron con expertos en la propaganda negra, como Epigmenio Ibarra, Julio Hernández, Carmen Aristegui, John Akerman, Gerardo Fernández Noroña, y medios como La Jornada, Proceso y SDP, entre otros.
4.- En el gobierno de Felipe Calderón, por ejemplo, esos propagandistas del fascismo orquestaron campañas políticas perversas, entre las que destaca una motejada como “No más sangre”, que pretendía llevar al Presidente Calderón a la Corte Interamericana, dizque por crímenes de lesa humanidad.
5.- Pero el reino de la especulación, difamación, siembra de duda, de odio y la división entre los mexicanos, aparece en el mal llamado “crimen de Estado” de “los 43 de Ayotzinapa”; invento perverso para desacreditar al gobierno de Peña.
6.- Resulta que Epigmenio Ibarra, Julio Hernández y la prensa lopista orquestaron –sin pruebas–, uno de los montajes más deleznables contra el gobierno de Peña; inventaron que los estudiantes de Ayotzinapa habrían sido desaparecidos por el Estado, cuando todo prueba que se trató de un ataque del crimen organizado.
Queda claro, en pocas palabras, que el hoy Presidente Obrador, su partido, Morena, y su grupo político, fabricaron “crímenes de Estado a la Carta”, pero cuando son gobierno, piden respetar lo que ellos nunca respetaron; los valores democráticos. ¡Doble discurso y doble moral!
Al tiempo.