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En Dubái, el clima no es solo un dato más en la planificación, sino el principal factor que condiciona finalmente la experiencia del viajero.
Es que la ciudad está ubicada en pleno desierto y alcanza temperaturas extremas entre junio y septiembre, con máximas que suelen superar….los 45 °C ! Además, la alta humedad puede hacer que caminar al aire libre se vuelva una hazaña.
Por esta razón, los meses ideales para visitar son entre noviembre y marzo, cuando el calor da tregua y se puede disfrutar a pleno de sus playas, desiertos y zonas urbanas. Durante este período, las temperaturas rondan entre los 18 °C y 30 °C, y el cielo se mantiene casi siempre despejado. ¡Es el momento ideal para reservar tours a Dubai y descubrir la ciudad en todo su esplendor!
La temporada alta coincide con este clima más amable, lo que significa también precios más elevados. Hoteles, vuelos y atracciones como el Burj Khalifa, los safaris por el desierto o los brunches de fin de semana se encarecen, aunque la ciudad redobla su apuesta con una agenda cultural y de entretenimiento que lo justifica.
Para quienes planifican viajes a Dubai, eventos como el Dubai Shopping Festival, que comienza en diciembre y se extiende hasta fines de enero, atraen a miles de visitantes con descuentos, conciertos, espectáculos de drones y fuegos artificiales. También es temporada de importantes ferias comerciales y semanas de la moda.
Además, durante estos meses se celebran eventos deportivos internacionales como el Dubai Tennis Championship y el Dubai World Cup, una de las carreras de caballos más lujosas y con mayores premios del mundo. La vida nocturna también alcanza su punto máximo: terrazas, rooftops y beach clubs organizan fiestas temáticas, mientras que restaurantes y hoteles lanzan menús especiales de temporada y experiencias exclusivas para atraer tanto a residentes como a turistas. Todo Dubái se viste de gala, y la ciudad ofrece una versión vibrante, sofisticada y llena de movimiento, ideal para quienes buscan combinar relax, compras, cultura y diversión en un mismo viaje.
Entre las actividades más buscadas en temporada alta se destacan los safaris por el desierto en vehículos 4×4, una experiencia que combina aventura y cultura en un entorno natural impactante. Gracias al clima más templado, es posible realizar el tradicional dune bashing (conducción a gran velocidad por las dunas), seguido de paseos en camello, sandboarding y cenas bajo las estrellas en campamentos al estilo beduino. Muchos tours incluyen espectáculos de danza del vientre, halconería y tatuajes de henna, lo que convierte al safari en una inmersión completa en la tradición árabe. Durante los meses frescos, estos recorridos se disfrutan al máximo, ya que las temperaturas agradables permiten permanecer al aire libre sin inconvenientes.
Viajar a Dubái entre mayo y septiembre representa una opción estratégica para quienes priorizan el presupuesto y buscan evitar las multitudes. Si bien el calor en esos meses es intenso —con temperaturas que pueden superar los 45 °C y una humedad que dificulta las actividades al aire libre—, la ciudad ha sabido adaptarse con una oferta sorprendentemente amplia de propuestas bajo techo.
Uno de los principales atractivos de esta temporada es la drástica reducción de precios. Hoteles de lujo que en invierno pueden superar fácilmente los 500 dólares la noche, en verano ofrecen tarifas promocionales con descuentos de hasta el 50 o incluso 70 %. Lo mismo ocurre con vuelos, paquetes turísticos y experiencias exclusivas. Esto permite acceder a un nivel de confort y servicios premium que en otro momento del año resultaría inaccesible para muchos viajeros.
Además, la ciudad se vuelve más tranquila. Las largas filas desaparecen, los espacios como el Burj Khalifa o el Museo del Futuro pueden recorrerse con mayor calma, y se respira una sensación de exclusividad que contrasta con la efervescencia de la temporada alta. Esto resulta especialmente valioso para quienes desean una experiencia más relajada, sin tener que lidiar con aglomeraciones o tiempos de espera extensos.
La oferta de entretenimiento también se transforma. Dubái pone a prueba su ingenio para convertir el verano en una experiencia agradable: los gigantescos centros comerciales como el Dubai Mall o el Mall of the Emirates ofrecen también atracciones como pistas de esquí bajo techo, acuarios, cines 4D, parques de trampolines y salas de realidad virtual. Los hoteles, por su parte, suelen lanzar campañas especiales de bienestar y relajación, con acceso a spas, piscinas cubiertas y menús gourmet de temporada.
Incluso el aspecto gastronómico cambia: muchos restaurantes proponen almuerzos frescos con menús adaptados al calor, yse celebran festivales gastronómicos indoor con chefs locales e internacionales. Para los amantes de las compras, los meses calurosos también coinciden con el Dubai Summer Surprises, un evento que ofrece descuentos en miles de tiendas y actividades familiares en espacios climatizados.
En resumen, aunque el verano en Dubái no es apto para quienes buscan aventuras al aire libre, ofrece ventajas innegables para quienes priorizan el confort, el ahorro y la tranquilidad. Lejos de ser una desventaja, la temporada baja puede convertirse en una puerta de entrada alternativa y muy disfrutable al lujo de esta ciudad del desierto.
Aunque menos populares, los meses de abril y octubre presentan condiciones que pueden resultar ideales para muchos viajeros. Las temperaturas comienzan a cambiar —descendiendo o subiendo según el caso—, pero aún no alcanzan los extremos del verano. Esto permite disfrutar tanto de actividades al aire libre como de opciones indoor, con menos multitudes que en temporada alta. Además, los precios empiezan a ajustarse, y es posible encontrar mejores tarifas en vuelos y hoteles sin resignar calidad. Para quienes buscan una experiencia equilibrada entre buen clima, costos razonables y menos saturación turística, estas temporadas intermedias pueden convertirse en una gran alternativa.
El clima extremo de Dubái hace que la maleta sea un elemento clave en la experiencia del viaje. Si visitás la ciudad entre noviembre y marzo, podés optar por ropa liviana durante el día, pero conviene llevar alguna campera ligera o pañuelo para las noches más frescas o los ambientes con aire acondicionado intenso. En cambio, si viajás en verano, es imprescindible empacar ropa ultra fresca, gafas de sol, sombrero, y protector solar de alta protección. No hay que olvidar que Dubái es una ciudad con normas culturales específicas: en espacios públicos como malls o edificios gubernamentales se espera un atuendo más recatado, por lo que es útil llevar prendas que cubran hombros y rodillas, sin importar la estación.
Las temperaturas influyen notablemente en cómo y dónde se disfruta la gastronomía dubaití. En invierno, la ciudad despliega su faceta más encantadora al aire libre: desde rooftops con vistas al Burj Khalifa hasta restaurantes sobre la arena en La Mer o Jumeirah Beach, la experiencia se vuelve sensorial. En cambio, durante los meses más calurosos, la actividad gastronómica se traslada al interior de los centros comerciales y hoteles de lujo.
Es una buena oportunidad para explorar restaurantes premiados, buffets temáticos o experiencias como cenas inmersivas o shows culinarios dentro de espacios climatizados. Incluso algunos restaurantes ofrecen menús especiales de verano o descuentos para fomentar las visitas durante esa temporada.
Además del clima y los precios, los eventos culturales, comerciales y religiosos marcan profundamente el ritmo de la vida en Dubái. Uno de los más destacados es el Dubai Shopping Festival, que se celebra entre diciembre y enero. Durante más de un mes, la ciudad se convierte en una fiesta del consumo y el entretenimiento, con rebajas agresivas en malls, espectáculos de luces, conciertos internacionales, sorteos millonarios, y experiencias como shows de drones, fuegos artificiales y desfiles de moda.
También en esa época tiene lugar el Dubai International Film Festival, que aunque ha tenido pausas en su edición, sigue posicionando a la ciudad como un hub del cine global. En paralelo, el Art Dubai y la Dubai Design Week reafirman su lugar en el calendario del arte contemporáneo y el diseño innovador en Medio Oriente.
Durante el verano, en cambio, destaca el Dubai Summer Surprises, un festival creado para atraer turismo en temporada baja, con actividades familiares, descuentos y espectáculos en espacios cerrados.
Por otro lado, los eventos religiosos tienen un impacto particular en la vida diaria. El Ramadán, que cambia de fecha cada año según el calendario lunar islámico, transforma los horarios y el ambiente urbano. Durante el día, los restaurantes permanecen cerrados o trabajan con restricciones, y la vida se desacelera. Pero al caer el sol, todo Dubái se ilumina: los hoteles ofrecen lujosos banquetes de Iftar, hay mercados nocturnos, celebraciones comunitarias y un espíritu espiritual que muchos viajeros encuentran fascinante. Al finalizar el Ramadán, el Eid al-Fitr marca el fin del ayuno con una explosión de festividades, eventos públicos y comidas típicas.
Estos momentos, ya sean comerciales, culturales o religiosos, ofrecen una oportunidad única de conectar con la identidad múltiple y dinámica de Dubái.
Finalmente, cuál es la mejor opción?
La mejor época para viajar a Dubái depende, en última instancia, de lo que cada viajero busque.
Quienes prioricen el clima y la oferta cultural encontrarán su momento ideal entre noviembre y marzo. Los que valoren el ahorro y la tranquilidad, incluso a costa del calor, pueden apostar por los meses de verano.
Y aquellos interesados en vivir la ciudad desde su interior más cultural, tal vez encuentren en el Ramadán una experiencia reveladora. En una ciudad que no deja nada al azar, cada estación ofrece una cara distinta del mismo lujo.