El recuento de los daños
Transcurren los 365 días con sus noches para arribar a las 12 de la noche del martes 31 de diciembre de un año memorable, porque México comenzó a experimentar un nuevo modelo en su forma de gobernarse. Por primera vez, lo hace una mujer en la presidencia de la República. Es, desde mi punto de vista, lo más destacado que ocurrió en estos 12 meses que se jubilan para siempre en nuestro calendario.
Es muy difícil evaluar cuál fue otro de los acontecimientos de mayor relevancia, porque cada quien tiene un punto de vista particular y diferente. Para quienes creemos en la ampliación de la democracia, pensamos que llegó a buen puerto la primera etapa de las transformaciones anunciadas con el arribo del presidente López Obrador. Habrá quienes piensen exactamente lo contrario y se les respeta. Tendrán unay mil razones por las que estén en desacuerdo con las políticas públicas aplicadas durante el primer sexenio de un gobierno de izquierda, el segundo en la historia, si valoramos como de esta tendencia el encabezado por el general Lázaro Cárdenas del Río (1934-1940), señalado por historiadores, como el creador del corporativismo político, pero también como el que enterró el caudillismo de los jefes políticos emanados de la Revolución.
Otro hecho que impactará en nuestro futuro inmediato es la elección abrumadora del archienemigo de las y los mexicanos, Donald Trump, quien por segunda vez tratará de avasallarnos con políticas racistas e intervencionistas que no tienen parangón en la historia de las relaciones México – Estados Unidos. Es el peligro más amenazador a que estaremos expuestos a lo largo de los próximos cuatro años, porque no cejará en su empeño de ver destruida nuestra economía y tratará de implantar su política antiinmigrante e inhumana en los países al sur del río Bravo, en la medida en que los gobiernos y los pueblos se lo permitan. Ya se anuncian intervenciones armadas con el pretexto de las bandas del narcotráfico, para exorcizar sus demonios por el mal recuerdo de Columbus, cuando Francisco Villa atacó a los rangers estadounidenses.
Es cierto que en algunos estados del país durante el 2024 no se pudo avanzar más en la lucha contra la violencia criminal como hubiéramos querido, pero a partir del uno de octubre ha venido cambiando la perspectiva con que se enfrenta a grupos y carteles del narcotrafico. Se ha puesto en el mando principal a un policía de carrera que ya está dando golpes contundentes al tráfico de fentanilo y la detención de escurridizos capos de la droga. La condena al brazo derecho de Felipe Calderón y la guerra intestina entre los resabios del Cártel de Sinaloa, mantienen a dicha entidad en permanente zozobra, ante un gobernador incapaz de mantener el control del estado, si no es con el auxilio de la Federación y las fuerzas armadas.
En materia de todo tipo de violencia contra la mujer y la desaparición de personas, entre ellas Claudia Uruchurtu y Sandra Domínguez, nadie sabe por qué no existe una intervención más decidida de la Federación y los instrumentos de la justicia y la investigación en Oaxaca, dejando al ámbito local que construya sus hipótesis, investigue a su modo y dicte justicia, que para las víctimas indirectas no es satisfactorio, porque existe el temor, más que fundado, de que hay vínculos políticos – en el lenguaje de Alejandro Encinas- que están favoreciendo a que nunca se esclarezcan los casos. Dejar a Oaxaca suelta, sin adecuada supervisión superior, puede interpretarse como un incentivo para que la mezcolanza, entre delincuencia y política, se enseñoree en lo que resta del sexenio.
Y si a esto agregamos la corrupción que exuda en los poros de la administración pública, al igual que el nepotismo, el desencanto puede repercutir electoralmente, a pesar de las políticas Bienestar federales. Y en esta circunstancia, el pueblo sabio tendrá que actuar.
Mientras las amenazas se vuelven reales y nuestros temores se multiplican, estamos por comenzar un añoventuroso en cuanto a reformas constitucionales que hacen falta para reconstruir los daños de la época neoliberal en diversos órdenes. Se llevará a cabo en 2025 la elección judicial e iniciarán obras de gran calado, como sucede con la próxima apertura de la nueva carretera Oaxaca-Istmo que mejorará el rostro de aquella región y pueblos por donde pase.
De todo ello, y muchas cosas más, positivas y negativas, esperemos ser testigos en el año que está por llegar cuando el martes 31 suenen las doce campanadas del reloj. Que el ser supremo nos siga prestando la vida. Son mis mejores deseos para esta comunidad de lectores inteligentes. Gracias por su generosidad. ¡Feliz Año Nuevo 2025!
@ernestoreyes14