Conmemora DIF Oaxaca Día Mundial de la Alimentación
Por la doctora Maricela Magallanes López, Académica de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG)
Desde el año 2007, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el 3 de marzo como el “Día Mundial de la Audición”, una fecha que tiene como objetivo principal promover la detección temprana de los problemas o deficiencias auditivas de cualquier tipo que puedan presentarse en la población a nivel mundial.
Esta iniciativa impulsada por la OMS se ha implementado anualmente a través de campañas, en donde asociaciones cívicas, hospitales y centros de salud invitan a la población a participar en sus actividades en apoyo al cuidado de la audición para concientizar a la población de la importancia de tener una buena audición. Lo anterior, en virtud de que desde hace varios años la discapacidad auditiva se ha convertido en un problema de salud pública.
La pérdida auditiva puede tener múltiples causas y se produce por un daño o mal funcionamiento de la delicada estructura del oído. Éste es particularmente sensible a las agresiones que representan los ruidos que sobrepasan un nivel perjudicial y en el mundo de hoy el ruido cada vez está más presente en la vida cotidiana, ya sea por el uso constante de auriculares, el escuchar la música con un excedente de volumen cuya exposición inicia incluso desde las primeras etapas de la infancia, además del uso constante de medicamentos ototóxicos e inmunosupresores, etc.
Hay que estar conscientes que el escuchar es una forma común de adquirir el lenguaje, y el lenguaje es uno de los atributos más importantes del ser humano. El lenguaje nos permite establecer comunicación con las personas y en el tiempo ha jugado un papel decisivo en el desarrollo de las sociedades y sus múltiples culturas.
La gran mayoría de las pérdidas auditivas son prevenibles a lo largo de la vida mediante acciones oportunas y eficaces de salud pública. En la niñez, casi el 60% de los casos se deben a causas que pueden prevenirse mediante medidas como la vacunación, la mejora de la atención materna y neonatal y el tratamiento oportuno de la otitis media, entre otras.
En relación a los más jóvenes, la OMS estima que alrededor de mil 100 millones de personas entre los 12 a 35 años de edad están en un riesgo de tener algún tipo de pérdida de audición por exposición al ruido en ambientes recreativos, y en lo que respecta a las personas mayores de 65 años una tercera parte de esta población ya padece pérdida auditiva discapacitante. Medidas como la legislación para el control del ruido y el escuchar sin riesgos, así como la vigilancia de la ototoxicidad, pueden ayudar a mantener una buena audición y reducir el potencial de pérdida auditiva.
Además, la OMS pronóstica que para 2050, casi 2.500 millones de personas vivirán con algún grado de pérdida auditiva, de las cuales al menos 700 millones necesitarán servicios de rehabilitación, es decir, una de cada 10 tendrá una pérdida de audición discapacitante.
La inacción tendrá costos para la salud y el bienestar de los afectados, y también causará pérdidas económicas derivadas de la exclusión de esas personas de la comunicación, la educación y el empleo estas cifras nos indican que hay motivos suficientes para actuar de forma urgente.
Por todo lo anterior, el Informe mundial sobre la audición estipulado por la OMS visualiza un mundo en el que nadie tenga pérdidas auditivas debido a causas prevenibles, y que aquellas personas que ya tienen una pérdida auditiva puedan alcanzar todo su potencial por medio de la rehabilitación, la educación y el empoderamiento.
Así mismo es responsabilidad del sector salud concientizar a la población para promoverla prevención, el diagnóstico precoz y la rehabilitación adecuada pueden evitar la pérdida auditiva en los niños y, en consecuencia, un crecimiento sin habla. La suma de esfuerzos es esencial para que nuestra población alcance una mejor calidad de vida con una audición sana.
Para tener en cuenta
El lenguaje es el canal principal de aprendizaje en los niños y además juega un papel central en el pensamiento y el conocimiento. Dado que el habla es el modo básico de comunicación en todas las familias, excepto en aquellas con padres sordos, la sordera es un impedimento grave que se extiende mucho más allá de la incapacidad de hablar.
Al respecto los problemas de audición nos pueden llevar a un aislamiento y tener sentimientos de soledad e incluso a la depresión. Y es gracias a nuestra capacidad de oír que nos proporciona una enorme fuente de información.
La mayoría de las pérdidas auditivas ocurren de manera gradual, de tal forma que los síntomas resultan a menudo difíciles de reconocer. Estos síntomas se empiezan a evidenciar cuando las personas empiezan por subir el volumen de la televisión, o por pedir a las personas que repitan lo que ya han dicho. Tienden a olvidarse poco a poco de cómo suenan los sonidos. Empiezan a vivir en un mundo más silencioso, sin darse cuenta de que ya no perciben los sonidos más suaves de la vida cotidiana.
La autora de este artículo, la Dra. Maricela Magallanes López, es Médico especialista en Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello y es académica de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG).