De 8 años otra vez

Charlas con mi hija
– Mami, ¿por qué te ríes?
– Mira, te voy a leer este artículo que está muy curioso:

Estoy presentando mi renuncia oficial como adulto. He decidido que me gustaría aceptar las responsabilidades de un niño de 8 años otra vez.

• Quiero ir a un McDonald’s y pensar que es un restaurante de cuatro estrellas.
• Quiero hacer un velero de palos para un charco y hacer un caminito con piedras.
• Quiero pensar que los chocolates son mejores que el dinero porque puedes comértelos.
• Quiero acostarme debajo de un árbol y poner una tiendita para vender limonadas.
• Quiero regresar al tiempo cuando la vida era simple. Cuando todo lo que sabía eran los colores, las tablas de multiplicar y arrullos para dormir.
• Quiero pensar que el mundo es justo. Que todos son honestos y buenos.
• Quiero pensar que todo es posible.
• Quiero dejar las complejidades de la vida y emocionarme con las cosas pequeñas otra vez.
• Quiero vivir de forma simple otra vez. No quiero que mi día consista en computadoras, montañas de papeles, noticias que deprimen, cómo sobrevivir más días en el mes, cuentas de doctores, chismes, enfermedades y pérdida de seres queridos.
• Quiero creer en el poder de las sonrisas, de los abrazos y de una palabra amable, de los sueños y de hacer ángeles en la nieve.

Así que entrego mi chequera, las llaves de mi carro, mis tarjetas de crédito y mis cuentas bancarias.
Renuncio oficialmente a mi vida de adulto.
Y si deseas que discutamos esto con más detalle, péscame, porque… ¡tú la traes!

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Psicóloga especialista en niños
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