La posverdad judicial
“De los olmecas a los aztecas la civilización mesoamericana no ofrece variantes… las inmigraciones aportaron sangre fresca, no ideas nuevas: Tula repite a Teotihuacán y Tenochtitlán a Tula”: Octavio Paz.
Las rutinas diarias en este México actual en ciudades como la nuestra, Oaxaca, los estragos de la simbiosis social, la ocupacional del territorio, de la coincidencia existente del crecimiento con el imperante cuidado a sitios históricos (aquellos construidos antes del Postclásico (900-1521 d.C.) y los hechos después de ese periodo, habiendo sido derrotado Tenochtitlán y con la llegada de los Peninsulares Ibéricos a territorio del valle zapoteco) es decir, los prehispánicos y los de la colonia, Monte Albán y Santo Domingo; para ejemplos precisos. Es sin duda de las tareas que deben ser analizadas y estructuradas con la mayor voluntad posible para no hacer honor a la explicación de nuestro pensador Octavio Paz, quien percibe que “de los olmecas a los aztecas la civilización mesoamericana no ofrece sino variantes del mismo modelo… hubo comienzos y recomienzos, perfeccionamientos y declinaciones, no cambios. En el Viejo Mundo el continuo trasiego de bienes y técnicas, dioses e ideas, lenguas y estilos produjo transformaciones inmensas; en Mesoamérica las inmigraciones aportaron sangre fresca, no ideas nuevas: Tula repite a Teotihuacán y Tenochtitlán a Tula”.
Así vemos que en Oaxaca los autos que transitan generan grandes congestionamientos que hacen difícil el derecho a un tránsito decoroso y rápido a los ciudadanos que se dirigen a escuelas, centros de trabajos, conducir y encontrar calles abarrotadas de taxis llamados colectivos y autobuses en mal estado que conducidos por choferes en la lucha diaria por alcanzar el mayor número de pasajeros para lograr su salario y el pago de la renta de esos móviles, hacen mortal el pasos a peatones y a vehículos particulares.
Por cierto, en Oaxaca un fenómeno cotidiano es que los camiones de carga transiten y se estacionen en lugares reservados para otros usos, los prohibidos.
¿Y los autos particulares, qué? ¡Para nada! hacen hasta tres filas.
Se genera un fenómeno altamente peculiar en las vialidades oaxaqueñas con tres carriles: el de la derecha es usado como estacionamiento, el de en medio que debía ser de tránsito fluido, está atestado de autos de alquiler que a maniobras constantes impiden el flujo y el de la izquierda que es para paso rápido permitido y de rebase, sirve para todo, va atiborrado de camiones de carga, vehículos conducidos a baja velocidad, camiones de transporte público, etcétera.
Al final de cuentas pasa algo sumamente rudo dicen los jóvenes milenials.
En Oaxaca es el único lugar donde rebasar por la derecha es legítimo. Ah, otro hecho que se hace derecho en el hecho del desastre de trasiego diario es a las horas de entrada a las escuelas.
Sí, esos horarios en que también la mayoría de oaxaqueños va a sus lugares de trabajo, usted se atreve a utilizar calles frente a una escuela es poco peor que el séptimo nivel descrito por Dante.
Vea usted la carretera del Monumento a Juárez en Xoxo rumbo a San Agustín de la Juntas, hay hasta cinco dobles fila de padres llevando a sus hijos a la entrada a clases y agregue los intocables mototaxis, gran valor para quienes deben transitar por esa vialidad.
¿Autoridad? dicen está compartiendo en todos los festejos patronales, “…que porque así se lo pide el pueblo” sabio.
Al final de cuentas se nota gran ausencia de autoridades que no entienden el problema de los derechos de la ciudad y menos buscan resolverlos.
Se enfrentan de pronto a la tarea de gobernar y jamás imaginaron en su loca búsqueda de poder, que poder significa resolver problemas, mientras siguen jugando con el bastón de aquellas etapas que la antropología caracteriza como bandas.