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XALAPA, Ver., 29 de agosto de 2016.- La gran tragedia de Veracruz: familiares de personas desaparecidas con pico, pala y esperanzas al hombro buscando en campos de muerte a sus hijos, hermanos, padres y abuelos, a veces escarbando con sus propias manos.
Ésta es la realidad de un estado donde, en lo que va del año, colectivos y asociaciones civiles han hallado decenas de fosas clandestinas con miles de restos humanos.
El caso más reciente, Colinas de Santa Fe, en el puerto de Veracruz, donde el Colectivo Solecito halló 58 fosas, y en las seis que se han abierto se han encontrado 19 cuerpos.
Lucía de los Ángeles Díaz no se hallaba en el país, disfrutaba de su vida, sin ningún pendiente, pero el 18 de junio de 2013 su vida cambió. Su hijo, Luis Guillermo Lagunes Díaz, “DJ Patas”, quien amenizaba fiestas de la alta sociedad y los mejores antros en la conurbación Veracruz-Boca del Río, y ya era reconocido en otros estados, fue sacado de su casa la noche de ese martes, con todo y equipo de sonido, por hombres armados, y no se volvió a saber de él.
En este camino de dolor, De los Ángeles Díaz se volvió coordinadora del Colectivo Solecito, que agrupa a madres que buscan a sus hijos por todas las maneras posibles, y quienes a principios de agosto de este año localizaron fosas clandestinas en el fraccionamiento Colinas de Santa Fe, en un predio atrás del recinto portuario, y conforme pasaron los días confirmaron que el lugar es verdadero cementerio.
Lucy, como la llaman, es firme, dura en sus expresiones, como si esta búsqueda de 3 años le hubiera curtido la piel y el corazón, semejante a lo que el sol y el duro trabajo hacen con los campesinos.
Tras el hallazgo, integrantes del Colectivo se reunieron con el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Roberto Campa Cifrián, después de que el fiscal general del Estado, Luis Ángel Bravo Contreras, negara la existencia de las fosas.
“Le dijimos de la magnitud del problema, es algo terrible lo que nosotros encontramos en este lugar, y le contamos cómo es una situación emergente, una importancia muy grave, porque nosotros no esperamos encontrar lo que encontramos, es un verdadero cementerio y se le hizo saber la situación y las condiciones en las que nosotros estamos trabajando y cómo la policía científica está rebasada ante la cantidad de hallazgos y todo este tipo de situaciones con las que nos enfrentamos se la hicimos saber”.
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