Cortinas de humo
CIUDAD DE MÉXICO, 7 de noviembre de 2019.- Entonan con mucho orgullo los tabasqueños aquella vieja canción, que la consideran casi su himno, que “Tabasco es un edén”, así que en mis andares fui descubriendo las maravillas naturales que tiene ese girón de México, con su cálida gente que me abrió las puertas de su corazón y hasta de su confianza. Tierra donde el agua les da lo mejor de esa majestuosa naturaleza, pero también les provoca lo peor en sus comunidades.
En Villahermosa, capital de Tabasco también conocida como Centro, en verdad fui sumamente feliz, conectándome con mi ser teniendo un sorprendente marco natural. Caminé mucho, demasiado es decir poco, descubriendo en sus calles santuarios de iguanas verdes, conociendo las iguanas negras, cuidándome no llevarme una mordida de algún hambriento cocodrilo y hasta disfrutando de la espectacular boa que habita en libertad en el Parque Tomás Garrido Canabal.
De la guía de mi querida María Inés Muñoz, comunicadora de profesión, fotógrafa por afición, amante de la cocina por pasión, conocí tantos rincones de la geografía de Tabasco y de la psiqué del tabasqueño, que queda tan breve un vídeo descubriendo el sabor culinario en Paraíso, pero que es el único testimonio videográfico de esos mis #andares
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