
Restaurante Catedral, 48 años como templo de la gastronomía en Oaxaca
El Oaxaca se revela como un destino incomparable, donde la rica herencia prehispánica, la majestuosidad de la arquitectura colonial y una gastronomía que es Patrimonio Cultural de la Humanidad, convergen en una experiencia sensorial inigualable. Iniciar la aventura en este estado, crisol de culturas ancestrales y vibrantes tradiciones, a bordo de la Lincoln Corsair 2025 no es meramente un viaje, sino una inmersión en el lujo que realza cada descubrimiento, transformando cada kilómetro en una vivencia memorable. La fusión de la profunda riqueza cultural oaxaqueña con el confort y la sofisticación de Lincoln invita a explorar sin prisas, absorbiendo la esencia de un México auténtico y singular.
Oaxaca de Juárez
La capital, Oaxaca de Juárez, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, es un laberinto de calles empedradas y edificios de cantera verde que susurran historias de siglos. Pasear por el Zócalo, admirar la majestuosidad de la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción o el imponente Templo de Santo Domingo de Guzmán —que alberga el Museo de las Culturas—, es un deleite para los sentidos. Para navegar con agilidad por sus estrechas vías, la dirección electroasistida (EPAS) de la Lincoln Corsair se convierte en un aliado invaluable, permitiendo dedicar más tiempo a sumergirse en la vibrante vida del barrio de Jalatlaco o a explorar los mercados “Benito Juárez” y “20 de Noviembre”, verdaderos epicentros de la vida gastronómica del estado.
Sabores de la Tierra Oaxaqueña
La gastronomía oaxaqueña es un universo de sabores y texturas, reconocida mundialmente por su diversidad y autenticidad. Desde los emblemáticos siete moles que son el alma de su cocina, hasta las crujientes tlayudas, los tamales envueltos en hoja de plátano, los exóticos chapulines, el singular caldo de piedra y el inigualable quesillo, cada bocado es una inmersión en la historia prehispánica, repleta de sensaciones nuevas. Para acompañar esta explosión culinaria, el mezcal, bebida ancestral que se elabora con la planta del agave, o un tradicional chocolate de agua, cierran con broche de oro este recorrido por el paladar. Tras un día de deleites, el silencio interior y la suspensión adaptativa de Corsair garantizan un regreso relajado, preparando el espíritu para la siguiente aventura.
Monte Albán
A pocos kilómetros de la ciudad, se alza Monte Albán, la antigua capital de la civilización zapoteca, un sitio arqueológico que dominó el valle desde lo alto de una montaña. Declarado Patrimonio de la Humanidad desde 1987, sus pirámides, plazas y el Juego de Pelota son silenciosos testigos de esta grandiosa civilización milenaria. Recorrer este lugar, imaginando las ceremonias y la vida cotidiana de sus antiguos habitantes, es una experiencia que conecta profundamente con el pasado de México. La comodidad de Lincoln Corsair en el trayecto hacia esta joya arqueológica, con su suave rodar y el techo panorámico, permite apreciar los paisajes circundantes, preparando el espíritu para la inmensidad del lugar.
Artesanías ancestrales
Oaxaca es también sinónimo de artesanía viva. En Teotitlán del Valle, los maestros tejedores crean tapetes de lana con diseños ancestrales, utilizando colores naturales que son un verdadero arte. Observar el meticuloso proceso, desde el teñido de la lana hasta el tejido en telar de pedal, es un testimonio conmovedor de la herencia cultural que se mantiene vibrante a través de generaciones.
Oaxaca es, sin duda, un estado de contrastes y profunda belleza, donde cada rincón devela una parte de la rica historia de México y cada experiencia se convierte en un recuerdo imborrable. Recorrer sus caminos a bordo de Lincoln Corsair no es meramente un desplazamiento; es abrazar una filosofía de viaje donde el lujo, la comodidad y la tecnología se fusionan para enriquecer cada aventura. Corsair eleva la travesía, transformando cada kilómetro en una celebración de la cultura, la historia y la inigualable autenticidad oaxaqueña. Con Lincoln, el descubrimiento de Oaxaca se convierte en una experiencia tan rica y vibrante como el propio destino.