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CIUDAD DE MÉXICO, 2 de noviembre de 2016.- A finales de octubre inician los preparativos, a principios de noviembre nos visitan las almas de nuestros seres queridos.
Nahuas, Mayas, Purépechas, Totonacos, Mixtecos celebran rituales a los ciclos de vida–muerte desde hace por lo menos 3 mil años.
Declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad desde 2003, el Día de Muertos es una de las celebraciones más importantes en México.
En el Laberinto de la Soledad, Octavio Paz nos comparte:
En pocos lugares del mundo se puede vivir un espectáculo parecido a las grandes fiestas religiosas de México, con sus colores violentos, agrios y puros, sus danzas, ceremonias, fuegos de artificio, trajes insólitos y la inagotable cascada de sorpresas de los frutos, dulces y objetos se venden en nuestros días en plazas y mercados.
Momento del alma mexicana que evoca el pasado no solo como forma de tradición milenaria, sino el pasado reciente hasta donde nos permite recordar y venerar a nuestros familiares y seres queridos, que tienen licencia del más allá para compartir el pan y la sal con los vivos.
En este viaje que sincretiza el tiempo y reúne sentimientos, encontramos múltiples formas llenas de música, color, olor y tradición, unas más festivas, otras más solemnes, pero todas abren el corazón para volver recibir a nuestros seres amados que tuvieron que partir.
Los fieles difuntos recorren todo el país, y en cada entidad y región encontramos variedad y riqueza en las formas de recibirlos.
Quienes llegan a Michoacán, sobre todo a la Isla de Janitzio y Pátzcuaro son recibidos por las tradiciones Purépechas, se iluminan con veladoras y flores de cempasúchil los caminos del panteón a las casas y el cementerio no duerme pues las familias conviven en las velaciones.
Si los familiares difuntos llegan a Oaxaca serán recibidos por tapetes de aserrín y con los aromas de la cocina tradicional oaxaqueña y el incienso que se desprenden junto con el color en los altares; también se realizan veladas en Xoxocotlán en los panteones de San Sebastián y Mictlancíhuatl, vivos y muertos conviven compartiendo cantos, comida danza y mezcal.
Todo Oaxaca se ilumina con la flor de cempasúchitl, velas, incienso, sal de gusanos de maguey, tlayudas, chapulines, mezcal, pan y tasajo.
Oaxaca es el estado con mayor presencia indígena de la República mexicana, más de 18 lenguas dan color a un maravilloso mosaico de interculturalidad.
En San Miguel de Allende, Guanajuato se realiza el festival de la calaca, en el que se presentan actividades artísticas, desfiles, exposiciones que durante 4 días fortalecen la cultura y la convivencia.
Los difuntos que llegan a Aguascalientes disfrutan del Festival de las Calaveras, en este encuentro además de convivir con sus familiares comparten la obra del creador de la Catrina, José Guadalupe Posada presente en las imágenes de las exposiciones, desfiles de calaveras y carros alegóricos.
En Puebla, son tradicionales las ofrendas monumentales, desde el 28 de octubre y hasta el 2 de noviembre, se llenan los altares de comida que diariamente se cambia y la familia degusta junto con sus familiares y seres queridos que comparten el altar.
En la Huasteca, Veracruzana, Hidalguense y Potosina se realiza el Xantolo, voz introducida al náhuatl a partir de la frase latina festiumominum sanctorum que significa fiesta de todos los santos.
Siendo una fiesta se recibe a los fieles difuntos con flores, cantos, danzas, comida y altares llenos de exquisiteces.
En el Estado de México se realiza la feria del Alfeñique en donde se venden dulces de pepita, calaveras y encontramos, muestras gastronómicas, presentaciones de libros, talleres al igual que encontramos el festival de Noche de Muertos en el parque Xochitla en donde se hacen recorridos por el Mictlán, lugar de los muertos en la cosmogonía prehispánica.
De manera muy especial, encontramos el Hanal Pixán, Comida de las Ánimas en Yucatán y Campeche principalmente, el 31 de octubre se realiza la ceremonia dedicada a los niños que se llama Hanal Palal, el 1 de noviembre es para los adultos y se conoce como U Hanal Nucuch Uinicoob, y el día 2 dedicado a las ánimas, es el U Hanal Pixanoob.
En Pomuch Campeche, encontramos una celebración única en el mundo, en donde los familiares acuden al panteón para limpiar con mucho amor y cuidado las osamentas de sus seres queridos preservadas en unas cajitas u osarios y se les cambian las servilletas de tela del año anterior por unas recién bordadas.
“Y después de cuatro años pasados, las ánimas destos defunctos se tornaban en diversos géneros de aves de pluma y color, y andaban chupando todas las flores ansí en el Cielo como en este mundo, como los zinzones lo hacen” (Sahagún, 1577).
Riqueza de formas y tradiciones, la multiculturalidad nos regala momentos para compartir vivencias y recuerdos de quienes nos amaron y amamos todavía sin importar el tiempo.
Leopoldo Enrique Corona Orencio
Subsecretario de Cultura CEN del PRI.