Economía en sentido contrario: Banamex
* Mataría a quien lo consuma
* Aberrante, JLCA-Puebla niega toma de nota a Suntuap
CIUDAD DE MÉXICO, 17 de enero de 2021.- Seamos honestos… ante la pandemia de Covid 19 que asola al mundo desde el año pasado, y la difusión en redes sociales de supuestos productos y tratamientos que la curan, desde la segunda mitad del 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) han pedido frenar el uso de esta sustancia en seres humanos.
También científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) alertan que ese producto es tóxico y no cura a enfermos Covid; incluso advierten que, si su uso es constante en personas, se afectará tanto la oxigenación del cuerpo como la función de las glándulas tiroides, y consideran falso que el dióxido de cloro ayude a eliminar el coronavirus, Covid 19.
Lejos de ser real, su uso es de vida o muerte, ya que esa sustancia puede provocar la muerte, así lo acusa la página web UNAM Global. La Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia Coronavirus publicó el 18 de agosto de 2020 el artículo: Comprobado por la ciencia: el dióxido de cloro es tóxico.
Carlos Antonio Rius Alonso, académico de la Facultad de Química de la UNAM expone que, desde su descubrimiento en 1811, el dióxido de cloro ha sido estudiado por la ciencia, y en diversas ocasiones se ha comprobado que es un compuesto químico muy tóxico para los organismos vivos. En 1933 se descubrió que el compuesto posee un radical libre estable, “sustancia extraordinariamente reactiva”.
El universitario rememora que una revista científica de los años 50 denunció cómo un obrero de una fábrica de la industria textil entró, como parte de su trabajo, a un tanque que tenía alrededor de 20 miligramos por metro cúbico de dióxido de cloro: el trabajador falleció asfixiado.
El dióxido de cloro es utilizado en las industrias textil y papelera, para blanquear productos. Pero a partir de la muerte de aquél obrero, se aplicaron normas demasiado estrictas respecto a la cantidad de dióxido de cloro que se puede utilizar en el medio ambiente: máximo 3 miligramos por metro cúbico de esa sustancia.
Por ello, no se puede aprobar su uso como remedio contra Covid. Es una sustancia muy buena para acabar con virus, bacterias, protozoarios, o cualquier tipo de agente patógeno; también debido a su alta reactividad, también “ataca las células de cualquier organismo vivo”.
Y explica: cuando se crea un medicamento, se busca que solo acabe con el agente patógeno, sin afectar al organismo; y para eso se realizan diversos estudios, y solo de esa forma se conoce su efectividad.
De hecho, estudios con ratones, cuyos y monos revelaron el daño al organismo. Cuando a ratones y cuyos se les administró en dosis pequeñas no mostró toxicidad; pero al aumentar a 100 miligramos por litro, el 100 por ciento de la población falleció. Peor aún, en los monos, se detectó que afecta la tiroides y destruye la hemoglobina (proteína en los glóbulos rojos que transporta el oxígeno).
¿Por qué algunas personas reportan sentirse bien?.- Algunas personas han opinado que se sienten mucho mejor después de aplicarse el dióxido de cloro en la sangre. Al respecto, el académico de la UNAM aclara: momentáneamente les puede subir el oxígeno debido a que se forman radicales libres, después surge el oxígeno molecular; pero éste es muy diferente al oxígeno que respiramos.
Lo que sucede –explica– es que los oxímetros miden la absorción a dos frecuencias a 660 nm y 940 nm, el aparato hace una comparación entre las dos absorciones, y mediante un cálculo saca el porcentaje de oxígeno. El problema es que al ser oxidante el dióxido de cloro genera la oxidación de Fe+2 a Fe+3, no puede transportar oxígeno, pero la metahemoglobina formada absorbe fuertemente en la región de 940.
“Por eso, si tomamos dióxido de cloro aparentemente subimos la oxigenación porque el oxímetro va a marcar 100 por ciento, pero en realidad tenemos un decrecimiento en el oxígeno disponible. Y el incremento que observamos es debido a las características de medición del oxímetro, que está midiendo en forma indirecta la cantidad de oxígeno.
“En un momento dado, si estoy tomando oxígeno como tal, empezaré a aumentar el grado de oxidación y esto es igual que cuando se tiene un ataque de pánico: la persona respira profunda y rápidamente, y se paraliza.
“A este proceso se le llama hiperventilación, cuando sube en exceso el oxígeno en el cuerpo y se genera una serie de reacciones bioquímicas no deseables. En el caso del dióxido de cloro esto es totalmente contrario, estamos reduciendo la cantidad de oxígeno en la sangre, pero el aparato nos mide más por la formación de la metahemoglobina que no puede transportar oxígeno”.
Por estas razones, “hay que tener cuidado con algunos datos que circulan por ahí y que son erróneos. Uno debe diferenciar entre las características bactericidas que tiene este compuesto químico y el uso en el cuerpo humano”.
Para advertir de manera tajante: al usar de forma constante el dióxido de cloro, se afectará tanto la oxigenación del cuerpo como la función de las glándulas tiroides, que regularmente no muestra síntomas hasta que se realizan exámenes.
Respecto a las reacciones del dióxido de cloro –anota–, nunca genera el oxígeno adicional que predican sus seguidores. Es una sustancia que nos oxida diferentes partes de nuestro organismo y se generan, cloratos, cloritos, hipoclorito y cloruros, pero nunca oxígeno. ¿Así, o más claro, señoras, señores que promueven su uso en enfermos Covid?…
Juez vivo, da por muerto al sindicato de la UAP.- Un año después de haber cubierto los requisitos para lograr la Toma de Nota, el titular de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje de Puebla (JLCA), Arturo Daza Buendía negó dicho reconocimiento al Sindicato Unitario de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Puebla (Suntuap).
Por ello, el dirigente de esta organización sindical, Guillermo López Mayo y otros líderes gremiales anunciaron que denunciarán penalmente a Daza Buendía, por negarles la toma de nota bajo el argumento de que quienes firman “no son trabajadores, y por no reunirse las firmas suficientes”.
Acusan que el titular de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje adujo que el sindicato (Suntuap), no acreditó la firma de todos los miembros para pedir la toma de nota. Y así, de un plumazo, dejó en la indefensión a los más de mil 300 trabajadores y académicos afiliados a ese organismo sindical pues, al carecer de representación legal, perderían sus derechos y patrimonio.
De nada les ha servido haber presentado una queja ante la Presidencia de la República y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social. Ahora acudirán a la Secretaría de la Función Pública y a la Fiscalía General de la República, porque emitió información falsa. Arturo Daza cambió su segundo apellido, ahora es Maldía…