Día 22. Palacio perdió dominio de la agenda de la crisis
Signos y Señales
CIUDAD DE MÉXICO, 30 de enero de 2017.- Está bien, atendamos la coyuntura de los escarceos del nuevo Presidente de los Estados Unidos, pero seamos sensatos en las respuestas, y claros e inteligentes en la estrategia. Por un lado no se trata de diferencias entre pueblos, que quede claro. Pero sí de un tema interno con implicaciones políticas, económicas y sociales sin duda, que nos obligará a cambiar nuestra estrategia de desarrollo y a diversificar nuestras relaciones económicas con el exterior, apostando en serio al mercado interno, creando demanda y dándole capacidad de compra a la población.
Nos acostumbramos a la comodidad de la dependencia económica y política, descuidamos la ventana de oportunidad que tenemos en las relaciones con los países latinoamericanos. ¿Cuánto podríamos avanzar juntos, en el terreno comercial Brasil y México?, lo mismo con Argentina, Chile y Colombia.
En algún momento cambiamos la soberanía alimentaria y luego la energética, a cambio de un «abasto seguro» de nuestro vecino del Norte, que estratégicamente nos volvió, con el tiempo, vulnerables. Pasamos al concepto de seguridad, esto es abasto seguro y clientes seguros sin obstáculos arancelarios y no arancelarios con nuestro vecino del Norte.
Recuerdo en mi primer trabajo, aún sin concluir mis estudios de economía, en el Banco de México concretamente en el Departamento de Comercio Exterior, nuestros dos principales trabajos de rutina, eran la homologación de las diferentes clasificaciones arancelarias en materia de comercio exterior y elaborar la carpeta del comercio con los países miembros de la ALALC, la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio, cuya sede estaba en Montevideo. No hablo de tiempos cercanos, sino del periodo 1973 a 1976, esto es los años finales del sexenio del Presidente Echeverría, cuya actividad en materia de política internacional fue intensa. Fueron además los años que llegó a nuestro país, un grupo amplio de economistas latinoamericanos, que nos aportaron muchísimo.
También desde entonces, se discutía en los espacios, entonces vivos del Colegio Nacional de Economistas, y por muchos de los jóvenes egresados de economía, de la necesidad de diversificar nuestro comercio exterior, el origen de la inversión extranjera directa y del endeudamiento externo.
Parecía que hacia allá íbamos, pero no fue así. Desmantelamos por un simple ejercicio de costo beneficio, las oportunidades para fortalecer mercados alternos, y no invertimos en la infraestructura que no nos obligase a importar gasolina. Ya vimos que durante el gobierno del presidente Calderón algunos estados como Oaxaca, Michoacán, Guanajuato, Hidalgo, Tabasco y Tamaulipas compitieron para que en sus espacios se construyera la nueva refinería, algunos como Hidalgo se endeudaron tanto comprando tierra, como preparando infraestructura que contribuyera a que la decisión se diese a su favor, pensando en los empleos que se crearían, directos e indirectos. Tabasco quedó fracturado, se dijo que la refinería de Salina Cruz en Oaxaca sería reconfigurada. Por cierto Hidalgo contrajo una deuda superior a los mil millones de pesos para comprar tierra, y no pasó nada. Después se decía que era más barato traer refinerías ya hechas, pero tampoco. Y bueno hoy somos un importador importante de gasolina y producimos menos petróleo.
Hoy otros actores para comerciar: Europa, China, Japón, Corea, Singapur. Pero antes los latinoamericanos y. Canadá.