Economía en sentido contrario: Banamex
Uso de Razón
CIUDAD DE MÉXICO, 2 de febrero de 2017.- En una guerra la primera baja es la verdad.
Y lo que se libra entre México y Estados Unidos es una suerte de guerra diplomática en la que Donald Trump usa la información para “ablandar” al gobierno de nuestro país en la negociación del nuevo estatus de la relación entre ambos países.
Lo que leímos ayer es parte de un ataque informativo del gobierno de Trump en contra del Presidente de México.
Tienen que restarle credibilidad a Peña Nieto para que llegue débil y desprestigiado a la siguiente fase de negociaciones con Trump.
Hay que desacreditarlo ante los mexicanos, que han mostrado de manera impresionante una insospechada unidad nacional por encima de diferencias partidarias.
Por eso agencias del gobierno estadounidense contaron una versión a AP de lo que habría sido la conversación telefónica entre Donald Trump y Enrique Peña Nieto.
Obviamente si les contaron es porque se trata de una versión interesada, ¿o no?
La agencia no cita fuentes, simplemente dice lo que le trascendieron. Está en lo suyo el gobierno de Estados Unidos al usar a los medios: en la guerra informativa para ganar la diplomática.
Paralelamente a ello, las agencias estadounidenses usaron a la periodista mexicana Dolia Estévez para difundir en México que Peña Nieto habría sido “humillado” por el Presidente de Estados Unidos.
Sin oír la llamada, sólo lo que sus fuentes le dijeron, Estévez informó que “Peña balbuceó” ante Trump.
¿Cómo lo supo? Se lo contaron las fuentes anónimas del gobierno de Estados Unidos.
Por eso en esta guerra hay que saber de qué lado se está.
En el caso de Dolia Estévez y su difusora Carmen Aristegui, voluntaria o involuntariamente se pusieron del lado de los intereses del gobierno de Trump.
Dice Dolia Estévez que su información fue obtenida por fuentes de ambos lados de la frontera. Por el lado mexicano sólo estuvieron presentes en esa plática telefónica el Presidente Peña y el canciller Videgaray.
Y de acuerdo con el comunicado emitido ayer por Relaciones Exteriores, “ninguno de ellos (Peña y Videgaray) recuerda conocerla (a Estévez) o haber hablado con usted alguna vez”.
Si Dolia Estévez efectivamente habló con Videgaray o Peña Nieto, debería decirlo, pero no lo va a hacer porque evidentemente es mentira.
Es el juego del gobierno de Trump, al que la periodista mexicana sirve.
Por increíble que parezca, el odio a Peña Nieto de parte de minorías radicalizadas y sus voceros les lleva a ponerse del lado de Trump.
Es guerra informativa de parte del Presidente de Estados Unidos en contra del nuestro. Y utiliza la mentira para enlodar a sus contrincantes.
Lo hizo en campaña, al decir que Obama no había nacido en Estados Unidos (por tanto era “Presidente ilegítimo”), las calumnias contra Hillary, o la difusión de una falsa declaración del Papa Francisco en que le daba su apoyo.
Si Estévez y Aristegui dicen que su único afán es informar, les sugiero este párrafo de Javier Ayusso, en su artículo “Internet y el populismo mataron la verdad” (El País 16-10-16):
“La irrupción de Internet en el periodismo ha hecho un daño irreparable a una profesión ya de por sí muy castigada por la crisis económica y las presiones de los poderes públicos y económicos. La esencia para ser un buen periodista se puede definir como buscar una noticia, contrastarla, valorar si es relevante y convertirla en una historia bien contada. Aunque en esos cuatro pasos que parecen sencillos es muy fácil faltar el respeto a la verdad, que es el principio fundamental de un buen informador”.