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OAXACA, Oax. 2 de febrero de 2019.- Don Pedro Salazar Gutiérrez, de 92 años, diezmado en su salud, es uno de los diez únicos hablantes del ixcateco, la lengua oaxaqueña que se encuentra en mayor peligro de extinción.
El anciano asistió este jueves a la presentación del libro Fábulas de Esopo en ixcateco, editado por el maestro Francisco Toledo y el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), cuyo cuidado estuvo a cargo de la poeta Araceli Mancilla.
En silla de ruedas, sin una pierna; pero lúcido, con voz clara y oído alerta, don Pedro es la metáfora viviente de la situación que enfrenta la lengua que sólo se habla en la pequeña comunidad de Santa María Ixcatlán, que no se parece a ninguna otra, y que únicamente dominan y traducen al español otros nueve ancianos.
Los nombres de los únicos diez hablantes de ixcateco son: Pedro Salazar, Cipriano, Gregorio, Ignacia, Pedro Velasco, Aniceto Álvarez, Juanita, Rosalía, Patrocinia y Rufina.
Pedro Salazar y Cipriano Ramírez Guzmán, éste un poco menor que el primero, son quienes ayudaron a traducir las Fábulas de Esopo a su lengua materna, un trabajo coordinado por el lingüista estadounidense Michael Swanton, director de la Biblioteca Juan de Córdoba, de la Fundación Alfredo Harp Helú (FAHHO).
Ambos participaron en la presentación del libro, además de dos profesoras: Viridiana Castillo y Lilia Zárate Mendoza. Ambas, de manera autogestiva, han trabajado desde hace diez años para sembrar en su alumnado algunas semillas de la lengua ixcateca con el apoyo de don Pedro y otros ancianos. Pero esta labor es lenta, difícil, y el tiempo apremia, dice la primera.
“No hay, ahora mismo, ningún niño que hable de manera fluida esta lengua. Si la situación no cambia, en el lapso de algunos años no habrá nadie en el mundo que lo haga”, expresó con pesar Michael Swanton.
“Es nuestra esperanza que estas traducciones de Esopo puedan apoyar a los esfuerzos de enseñar la lengua ixcateca en las escuelas del pueblo, un noble proyecto de los maestros comunitarios Cipriano Ramírez Guzmán y Gregorio Hernández García con el apoyo de la autoridad municipal y las directoras de las escuelas primaria y preescolar, las profesoras Lilia Zárate y Viridiana Castillo”, agregó el lingüista.
Fuera de la labor de ellas y ellos, con el apoyo del maestro Toledo, y la Fundación Alfredo Harp, ninguna institución pública, estatal ni federal, se ha comprometido en los esfuerzos para salvar la lengua ixcateca.
¿Se salvará con este trabajo ciudadano el ixcateco? Se le pregunta a Swanton.
-Como lingüista mi obligación ética es registrar, documentar la lengua. Pero la lengua es efímera, se trata de un patrimonio comunitario. Afortunadamente hace varios años que conozco a Pedro, a Cipriano… también conocí a las finadas Rufina, Rosita, Juliana, y se han hecho registros. Porque lo que no se conserva hoy, en 20 años no existirá más en el mundo.
En la que fue una emotiva presentación en el IAGO, donde don Pedro habló en ixcateco un mensaje que sólo entendió don Cipriano, y pescaron algunas palabras las profesoras Lilia y Viridiana, el público salió con una palabra que, incluida la reportera, supongo, guardaremos como un tesoro: Scanaari / Gracias.
Cortesía de Elisa Ruiz