Cortinas de humo
Desde la lucha municipalista se han empujado causas para generar desarrollo desde lo local, así una de las banderas fue la reelección o períodos más largos para los gobiernos en los Municipios. De tal manera es que, ahora es posible la reelección de concejales a los ayuntamientos; en nuestro estado, lejos de asumir con responsabilidad política ésta circunstancia y establecer medidas de planeación para al menos, cumplir con los deberes constitucionales de los ayuntamientos, los Presidentes municipales se dedicaron, con los recursos públicos a su guarda y ejercicio a fomentar redes para instalar cacicazgos locales, es decir tiraron de la manera más deleznable un triunfo del municipalismo.
Diversos gobiernos municipales concluyen sus periodos el último día de este año y los acontecimientos que ocurren, como el del municipio de la capital de nuestro estado, van evidenciando que aún estamos lejos de entender que el orden de gobierno municipal no está supeditado a los órdenes federal o estatal; se sigue dando un trato de desprecio a los ayuntamientos y se les genera a la vieja usanza, desequilibrio y se alientan movimientos para desequilibrar el ejercicio de la función de los cabildos, aclaro y preciso no estoy diciendo que las cosas que los gobernantes municipales hagan o dejen de hacer este bien, me estoy refiriendo al caso perverso de tratar de seguir sometiendo a los municipios, antes se les dominaba con la suspensión de sus prerrogativas, hoy se les organizan amotinamientos y se les generan problemas.
La lucha por el buen gobierno desde lo local va a continuar, poco vamos a avanzar si el derecho de reelegirse como concejal a un ayuntamiento se hace desde los cargos y con el recurso municipal. Verbigracia, es necesario que el cabildo deje de ser del uso privado de los presidentes municipales, las sesiones deben ser públicas con acceso a la sociedad para que se pueda ver la calidad política de quienes integran su órgano de gobierno local. Deben generarse los archivos municipales para que los datos que ahí existan y se registren sean públicos y no se usen por el Presidente Municipal, en contra de sus adversarios, este hecho, no es un acto de transparencia, evidencia personalidades con un total desprecio al pueblo que gobiernan y una falta de respeto a las leyes y normas, además de una inmoralidad en el ejercicio del cargo. Así las cosas, con estos ejemplos, no queda más que desde el espacio de la lucha por el municipalismo y el federalismo, seguir buscando ética política con base en principios de verdad.