Día 23. Por oportunismo, crisis en Ciencias Políticas de la UNAM
CIUDAD DE MÉXICO, 24 de enero de 2017.- El voto rabioso, que se ejerce con el hígado y no con el cerebro, lleva a casos como el de Donald Trump en Estados Unidos y puede hacer Presidente de México a López Obrador.
Vamos a ver el daño que le hace Trump a Estados Unidos y al mundo, al aislar a su país y empequeñecerlo.
Su repliegue de la escena internacional va a provocar un vacío que alguien va a llenar.
Y no será precisamente una potencia que crea en la libertad de conciencia, de expresión, en los valores democráticos y en los derechos del individuo frente al Estado.
Esa ola viene a nuestro país representada por López Obrador y su partido, Morena.
Este lunes ya arrancaron campaña en el Estado de México y son una opción viable para ganar la gubernatura porque sintonizan con el voto rabioso.
Ellos lo fomentaron, ayudados por malas decisiones y arrogancia de altos funcionarios.
Si ganan el Edomex la elección presidencial del próximo año será un simple trámite.
No haber parado a Trump al arranque de las primarias republicanas, le va a costar a ese país la pérdida del liderazgo mundial y convulsiones políticas internas que no tardaremos en ver.
Y si no se frena a AMLO y su partido en Estado de México, va a ganar la elección presidencial y no se va a salir nunca de Palacio Nacional.
El retroceso del país en apertura comercial va a cerrar su círculo con Trump en la Casa Blanca y López Obrador en la Presidencia de nuestro país. AMLO no cree en la libertad de expresión, salvo en la de aquellos medios que son sus incondicionales.
Los que no están con él son mafiosos o delincuentes de cuello blanco, es su lógica (y se purifican si lo siguen).
Cuando gobernó el DF convirtió a la capital en la entidad más corrupta del país (Transparencia Mexicana).
La inseguridad fue la peor que hayamos conocido, y como los que protestaron por la ola de secuestros y homicidios no eran incondicionales a él, entonces desestimó el problema y los satanizó como pirrurris movidos “por una mano negra”.
No tiene una estrategia de seguridad. Su modelo económico de país cerrado ya no funciona. Hizo de la capital su bastión porque fue un maestro en usar los programas sociales de manera clientelar.
Te doy subsidio y me das tu voto.
Todo ese retroceso y mucho más está en juego en las elecciones del próximo año, que pasan por la aduana del Estado de México en junio próximo.
El enojo de buena parte de la población tiene su origen en errores cometidos por el gobierno, sí, pero ha sido convertido en odio en redes sociales y por el equipo de López Obrador y él mismo.
En Estados Unidos el voto rabioso llevó a Donald Trump a la Presidencia.
Y eso es lo que quieren hacer en México con López Obrador.
Allá no midieron las consecuencias de no parar a Trump a tiempo.
Se van a arrepentir y la polarización traerá convulsiones sociales, pero las instituciones son más resistentes en Estados Unidos que acá. La prensa y el Congreso, por ejemplo, lo pueden quitar.
En cambio aquí es exactamente al revés: el populista, con zócalos llenos en todo el país, doblega al Banco de México, al Congreso y a los medios.
¿Hacia allá vamos? Si no se le frena en el Estado de México, sí.