Eduardo Torreblanca Jacques | México y su anomalía fiscal

CIUDAD DE MÉXICO, 8 de febrero de 2021.- El maestro Carlos Brown Solá, mi maestro de macroeconomía  en la maestría que curso, sostiene y sostiene bien que en México priva una anomalía Dígame si no:

El país es la economía 12 a nivel mundial (aunque hay quienes sostienen que somos la 15 y fuimos la número nueve). Por nivel de desarrollo estamos en la lista en el número 71, justo debajo de República Dominicana y de Antigua y Barbuda.

Si no tiene pena ahora, viene algo peor. Por Ingresos Públicos estamos en la lista en el número 62 después de naciones como Mozambique, Honduras, Marruecos y Bolivia.

Por ingresos tributarios en relación al PIB (datos al 2018) ocupamos el lugar 136 debajo de Egipto, Vietnam, Ecuador, Bahamas y Burkina Faso que usted posiblemente ni siquiera ubique bien en el mapa, como fue mi caso por cierto.

Algo hemos hecho mal o algo no hemos hecho: grabar a las grandes fortunas. Déjeme decirle que el 1 por ciento de las familias con mayores ingresos en México concentran una mayor proporción de la riqueza nacional que lo que en su momento concentraron el uno por ciento de las familias más acomodadas en la década de los años treinta.

No hemos avanzado, hemos retrocedido.

El Presidente de México tiene razón cuando afirma que un puñado de empresarios acaudalados y exitosos sacaron provecho de su relación con los hombres de gobiernos e impidieron que en México se ejerciera una verdadera reforma hacendaria que cobrara más impuestos a quienes ganan más dinero.

Lo inconcebible es que uno de sus hombres de confianza, consejero empresarial como es el caso de Ricardo Salinas Pliego deba al fisco mexicano una suma que, según lo publicado en referentes de la prensa mexicana? atribuidos a Raquel Buenrostro , supera los 40 mil millones de pesos.

Si se le puede culpar por no pagar al fisco esa enorme cantidad de dinero al tiempo que tiene la capacidad de promover una iniciativa a la Ley del Banco de México que indudablemente le beneficiaba a él más que a nadie en detrimento del interés nacional completo.

Las familias con mayores ingresos en este país no pagan, en términos proporcionales, más impuestos que los que pagan los hogares más pobres porque la ley fiscal  así lo determina.

Yo no tengo problema con que Carlos Slim gane mucho dinero. Me parece un mexicano que lleva con dignidad e incluso con austeridad su acaudalada riqueza. Cuando enfermó de Covid 19 fue a un hospital del sector público cuando pudo haber comprado un hospital para atenderse.

Según los reportes financieros de una de sus empresas, América Móvil, tuvo una utilidad en su participación controladora de 18 mil 861 millones 229 mil pesos al tercer trimestre del año pasado. Esto significa que la empresa tuvo una utilidad diaria promedio de 205 millones de pesos

¿Es culpable por no pagar un impuesto que corresponda al nivel del ingreso de la empresa y de su participación en ella? Creo que él no tiene culpa de pagar una tasa que pudiera ser mayor en relación a su riqueza e ingresos.

Pero no es culpa de los empresarios el que no paguen lo que pudieran pagar como impuestos al fisco, cuando hay una estructura fiscal que no les exige el pagar más de lo que pagan.

Ahora bien, como se use el dinero con una verdadera reforma hacendaria es otro asunto que pudiéramos tocar en otro punto.

Regalar dinero, repartir dinero a los sectores más perjudicados no creo que sea la mejor política social para México sino el crear las condiciones para que en México exista una política de distribución de riqueza que revierta el determinismo histórico que sentencia desde hace más de 80 años el que una persona que nazca en una familia dentro del terreno de la pobreza esté condenado a morir en esa misma  condición.

México tiene un pésimo sitio en la escala mundial de ingresos tributarios en relación al PIB  compartiendo espacios con países como Bhamas y Burkina Faso. Gana como economía doce en el mundo, con un vecino rico y socio, con enormes recursos naturales y una población noble y trabajadora pero  obtiene recursos fiscales y distribuye la riqueza  como lo hacen las naciones más pobres de áfrica. 

Lo grave es que ya vamos a mitad de sexenio y ningún cambio en lo fiscal avanza o siquiera se perfila y es posible que el Gobierno Moreno y asociados, no cuenten con otro cheque en blanco para hacer lo que se les pegue la gana en el Congreso.

* en Twitter @etorreblancaj

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