Padre Marcelo Pérez: sacerdote indígena, luchador y defensor del pueblo
Indicador Político
CIUDAD DE MÉXICO, 8 de noviembre de 2016.- Si en lo local el legado de Barack Obama se puede resumir en la elección de hoy entre una política corrupta o un empresario sexholic, en México la elección fue asumida casi como nacional y senadores del PAN y del PRD se pusieran la playera a favor de Hillary Clinton sólo para reivindicar la figura histórica de Antonio López de Santa Anna y del comité de notables que en 1861 fueron a Miramar a ofrecerle el imperio de México a Maximiliano.
La elección estadunidense sirvió para evidenciar –en el modelo Fukuyama– el fin de la historia nacional. En 1947 Daniel Cosío Villegas alertó sobre la urgencia de recuperar la historia para evitar la entrega de la república a los EE.UU. y en 1847 el diputado Martiano Otero se quejó que en el mundo se hablaba de México como de un “pueblo afeminado” al permitir la invasión estadunidense.
Los medios nacionales magnificaron la declaración de Carlos Slim de que la victoria de Donald Trump sería una tragedia para el tipo de cambio, pero el empresario más rico de México y uno de los cinco del mundo no estaba preocupado por la república sino porque el encarecimiento de dólar en las últimas semanas por el efecto Trump le había hecho perder más o menos mil millones de dólares de su fortuna y por tanto debía ganar Hillary para no seguir perdiendo riqueza
El apoyo mexicano a Hillary fue incondicional, sin acuerdos previos, sin una agenda, con la afirmación de la propia candidata que no habrá reforma migratoria mientras el congreso estuviera controlado por republicanos, sin alguna oferta de freno a las deportaciones que había multiplicado el gobierno de Obama. La campaña mostró que el gobierno mexicano carece de un lobby en la estructura de poder estadunidense; peor aún, exhibió la ausencia de una definición de los intereses nacionales en el escenario internacional, a pesar de que en 1993 optó por la globalización internacional.
El escenario de México en los EE.UU. posterior a las elecciones no es el mejor; el entreguismo de figuras políticas a Hillary sin apoyo condicionado abrió la posibilidad para que México quede reducido a un protectorado de la Casa Blanca; como secretaria de Estado, Hillary estuvo presionando a México para aceptar la presencia militar estadunidense con el pretexto del terrorismo y los cárteles transnacionales del crimen organizado.
Gane quien gane las elecciones, el desafío para México radica en la asunción del control de su geopolítica, su política de seguridad nacional y su diplomacia activa más allá de Washington, con la construcción de un nuevo consenso nacional en política exterior y en concreto con los EE.UU. Esta geopolítica fue una necesidad en el tratado comercial de 1993, pero el presidente Salinas de Gortari prefirió el entreguismo de los intereses nacionales a las necesidades de la geopolítica de la Casa Blanca.
O México recupera soberanía o terminará en un protectorado estadunidense.
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The White House 2016: Si alguien dudaba que en los EE.UU. no habría une elección de Estado, el papel de Barack Obama a favor de Hillary y el uso del poder de la Casa Blanca en la presión sobre el FBI para cancelar investigación de correos electrónicos es apenas una muestra… El establishment de la prensa supuestamente liberal potenció a Hillary escondiendo su corrupción y magnificando la de Trump. Si se quiere un punto de referencia, habrá una elección típicamente priista.
Política para dummies: La política es el arte de interpretar la realidad, pero no para cambiarla sino para manipularla.
Sólo para sus ojos:
• Pasmo en la Secretaría mexicana de Relaciones Exteriores ante las elecciones estadunidenses. No hay iniciativas, ni reflexión, ni búsqueda de nuevos consensos. Lógico: la canciller es sobrina del expresidente Salinas de Gortari que liquidó la política exterior independiente de México en aras del tratado de comercio libre.
• El problema ya no es la decisión gubernamental de no arrestar a Javier Duarte de Ochoa sino la forma en que Veracruz sigue pudriéndose políticamente en los tres últimos años. En ese vacío de poder, el crimen organizado ha sentado su dominio institucional.
• El efecto Trump-Hillary en la carrera presidencial mexicana se conocerá a partir del miércoles. Lo único cierto es que el PRI y los precandidatos priístas se han quedado a la cola de la lista de presidenciables. El efecto Trump afectó al PRI.
• Luego de la exoneración del FBI a Hillary se supo que el FBI está asesorando a la PGR en el caso de los exgobernadores priístas corruptos. Por eso Javier Duarte se escapó como Hillary fue salvada por el FBI.
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