El último aliento
CIUDAD DE MÉXICO, 12 de julio de 2019.- Luego de seis meses de gobierno, finalmente el aparato de seguridad del Estado ha comenzado a moverse hacia la organización federal. El primer paso fue ir jalando a gobernadores y alcaldes al programa central, sin que todo el peso recaiga sobre una Guardia Nacional en proceso final de formación.
La reunión del Consejo Nacional de Seguridad Pública de esta semana pasó a la acción en los dos temas centrales de la seguridad: la organización de los cuerpos policiacos estatales y la instalación del Consejo Nacional de Protección Civil, a cargo de David León, coordinador nacional de Protección Civil y responsable de la confluencia de instituciones estatales y federales.
La formalidad del evento no estuvo en la presencia del presidente de la república, sino en la asistencia de los 32 gobernadores, 19 secretarios del gabinete, funcionarios de tareas de protección de las dos cámaras.
La crisis de seguridad sigue siendo el dolor de cabeza del gobierno federal y de las autoridades estatales y municipales. Los problemas mayores se localizan en la falta de coordinación operativa, en el retraso en la aprobación de la Guardia Nacional y, sobre todo ello, la falta de voluntad de gobernadores y alcaldes para incorporar a sus cuerpos de seguridad locales al plan nacional.
Uno de los casos más destacados fue Guerrero, cuya caída en la pendiente de la inseguridad y la violencia ha logrado ser contenida por la coordinación estatal-federal: en el periodo enero-mayo de 2019 hubo 652 homicidios dolosos, a una media mensual de 130 por mes, cifras notablemente bajas con respecto al mismo periodo de 2018: 972 homicidios dolosos, una media de 194 al mes, una disminución de 67%
Guerrero había entrado en una fase de descomposición hacia finales del sexenio anterior por la falta de apoyo federal. Pero a nivel estatal hubo una declinación en los espacios de coordinación y no se definieron los espacios y tiempos para la adecuación de fuerzas estatales y municipales de seguridad. En el Consejo Nacional de Seguridad Pública se echó a andar el modelo de modernización de policías estatales y municipales.
El tema de seguridad está tocando las relaciones sociales con el poder; en la última encuesta de México Elige se establece que el principal problema del país, de acuerdo con consulta a ciudadanos, es la seguridad, en tanto que a nivel familiar hay un dato interesante: el problema número uno es la economía, el bienestar, en tanto que la seguridad pasa a segundo término, aunque existe una correlación entre seguridad y bienestar.
Guerrero había llegado a los primeros lugares de inseguridad, al grado de que el gobierno de los EE. UU. lo había colocado en los estados con riesgos de seguridad para los estadunidenses. En su participación en la reunión del CNSP el gobernador Astudillo planteó la urgencia de aceptar la militarización temporal de la Guardia Nacional, pero dejó claro que la parte fundamental del problema de seguridad radica en la baja preparación de las policías estatales y municipales. A nivel de personal, son más las fuerzas locales que los efectivos asignados por la Guardia Nacional.
De ahí que la estrategia de seguridad se ha basado en la Guardia Nacional más la capacitación de las fuerzas locales, pero sólo en las entidades donde los gobernadores encabezan personalmente la reorganización de los cuerpos de seguridad. En la revisión de fondos usados para capacitación estatal y municipal y evaluación de fuerzas se encontró una diferencia de resultados que llevó a la primera certeza: los fondos de seguridad no fueron usados por gobernadores para seguridad.
El nuevo modelo policial a nivel estatal y municipal, explicó el gobernador Astudillo, se basa en tres puntos centrales: capacitación, certificación y profesionalización. El esfuerzo será mayúsculo porque todos los datos sobre las policías estatales –incluyendo algunas evaluaciones del INEGI– destacan el abandono en que se encuentran las policías estatales y el grado a veces patético en que se encuentran policías municipales en zonas alejadas de los grandes centros urbanos y en estados localizados entre los diez más pobres de la república.
Los cálculos más ambiciosos señalan que la transformación de las policías municipales podría tardar alrededor de ocho años y más de cinco las estatales, pero con la necesidad de que la capacitación lleve a un relevo de cuadros por la acumulación de irregularidades sin solución en algunos de ellos; casi todas las policías municipales y buena parte de las estatales se formaron en la improvisación, se dejaron al garete en supervisión y buena parte de ese personal cayó en la complicidad con las bandas del crimen organizado.
Una vez formalizada la Guardia, la tarea principal de la Secretaría federal de Seguridad y Protección Ciudadana será la limpieza de las policías estatales y municipales, una tarea como la de Hércules al limpiar los establos de Augías nunca barridos.
Política para dummies: La política es el terreno de la acción, porque vale más una equivocación en busca de soluciones que más problemas por la inmovilidad de los actores del poder.
@carlosramirezh