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Periodismo bajo asedio
Cuando se intenta cambiar de raíz un régimen político, se tiene que tener cualidades especiales.
No es una cuestión menor, se tiene que haber tenido plena conciencia que el régimen que se intenta erradicar no tiene salida más que su desaparición y de la necesidad de la construcción de uno nuevo.
En primer lugar, se debe tener una personalidad para tan gran empresa, la mediocridad no cabe en este proyecto.
La autoconfianza es otra cualidad indispensable, la confianza en sí mismo es una condición primaria, puesto quien dude de sí mismo no cabe en este tipo de empresa.
La persuasión es otra cualidad indispensable, puesto que los líderes tradicionales del régimen prevaleciente no arriesgarán ningún tipo de interés sin estar seguros de sus beneficios.
Desde luego, tener una enorme energía para transitar en un proceso que incluso el país se puede desbaratar.
En este tipo de empresas políticas no se puede desarrollar bajo un plan determinado, es tan dinámico el proceso que es necesario irse adoptando y adaptando a la lógica del acontecimiento, solo permite pequeños lapsos de reflexión y de maniobras de ajustes.
En estos ajustes debe salir a flote una enorme voluntad para someter a las personas que integran la empresa.
La crítica al régimen prevaleciente tiene que ser profunda y amplia, siempre desde una teoría alternativa de régimen político. Las propuestas de cambio tienen que implantarse bajo un ánimo renovado, con extraordinario dinamismo, además de iniciativa y de capacidad organizativa.
Para asumir la dirección del cambio se tiene que ser considerado como el candidato natural para ello.
Una Reforma radical, necesariamente producirá una crisis que se debe de controlar, no se debe dejar que se escape de las manos. Otra cosa es que la crisis genere la necesidad de la Reforma, en este caso muchas cosas pueden ser no controlables.
La Reforma tiene que ser consecuencia de acciones concretas. La conducción de la Reforma es básica, no permitir que ella determine.
Una Reforma que no se controla puede poner en peligro al propio país. Se debe tener control del ritmo del proceso de cambio, determinar los tiempos, la ruta crítica debe ser del líder y de su equipo. Reformas al régimen no el sistema, si se pone en peligro el sistema, seguramente poderosas fuerzas impedirán las acciones.
Los chinos son el claro ejemplo de cambios de régimen sin poner en peligro el sistema, en cambio los soviéticos con Gorbachov el cambio de régimen fue con todo el sistema.
Todo tipo de reformas de régimen político deberán ser por sí mismas, tratar de reformar a la economía dentro de un proceso de reforma de régimen político es demasiado peligroso.
Las reformas económicas se deben de realizar en el contexto de estabilidad política.
Asimismo, realizar reformas de régimen político en medio de crisis económica no es aconsejable. Como se puede observar se tiene que tener desarrollado pericia política para entender los procesos de cambios.
Al iniciar una reforma de régimen político, o una reforma de la economía, se deberá estar muy consciente de los pasos que se intenta dar, no se vale aducir ignorancia si las cosas no salen adecuadamente. Por el contrario, se debe de mostrar dinamismo, ímpetu y energía para mostrar que el proceso está controlado.
Se debe mostrar el fervor de alguien que tiene una misión que cumplir. Sin olvidar que se debe de estar dispuesto a escuchar, atender sugerencias, entender contextos y procesos, no se puede cerrar la posibilidad del aprendizaje.
No se puede dejar arrastrar por la dinámica del proceso de cambio, sin asideros se estará perdido, no se puede ser prisionero de los acontecimientos.
Además, se comprenderá que en el mismo proceso surgirán serios opositores que se deberán superar. Evitar símbolos que signifiquen la razón de ser del antiguo régimen, al contrario, se deberá edificar el símbolo mayúsculo del cambio, que sea capaz de aglutinar a la opinión pública.
Si se logra el cometido, se habrá entendido la combinación, la relación entre las estructuras y la dinámica del cambio. Logrado el cambio radical se debe excusarse de no encabezar su institucionalización, se comprenderá que al lograr el cambio de la empresa política, su institucionalización es otro proceso que requiere de otras virtudes. A procesos distintos, personalidades distintas. Con la conclusión del cambio, el juego de relevos empieza, el tiempo del iniciador se acabó.
Lo más difícil de un político exitoso es abandonar a tiempo el poder.