
Reforma de maíz transgénico: ¿camino a soberanía alimentaria de México?
El pasado viernes 5 de abril se suscitó el asalto a la Embajada Mexicana en Quito, Ecuador, por parte de la Policía Nacional, para detener al ex vicepresidente Jorge Glas Espinel, acusado de diversos delitos y por los cuales habría pedido asilo a México desde el pasado 17 de diciembre de 2023, fecha en la cual se encontraba albergado en la Embajada mexicana.
La detención realizada por sí misma, denota un cúmulo de ilegalidades, al haberse realizado sin una orden de allanamiento a la Embajada ni el consentimiento de la misión diplomática para ingresar a sus instalaciones. Lo cual podría poner en libertad, en las próximas horas, al expresidente Jorge Glas, ante un proceso plagado de irregularidades.
La repercusión política ha generado implicaciones en la agenda internacional. Estados Unidos y Canadá han respaldo la postura de México. Además el Presidente López Obrador ha sido tajante, al solicitar una disculpa pública del gobierno de Ecuador y su salida como integrante de Naciones Unidas.
Países como Argentina, Brasil, Bolivia y Chile han sido enfáticos en condenar de manera puntual la intromisión de la policía ecuatoriana en la sede diplomática de México. A ello, la ministra del interior de aquel país, Mónica Palencia, se deslindó en una declaración a los medios de comunicación de haber autorizado dicha incursión.
El presidente Daniel Noboa, nacido en Miami, Estados Unidos, llegó a la presidencia de Ecuador en 2023, de la mano del partido Acción Democrática Nacional, de corte conservador y un prominente empresario bananero, tuvo como bandera terminar con la corrupción y los políticos del viejo régimen. Su justificación para la incursión en la Embajada mexicana, fue el otorgamiento de asilo político a Jorge Glas, un político de izquierda, cercano al expresidente Rafael Correa y vinculado a la empresa Odebrecht.
Odebrecht, constructora brasileña bajo investigación, tiene un largo historial en países de América Latina donde habría participado en una compleja red de sobornos y haber influido en procesos electorales financiando a distintos partidos políticos afines a Estados Unidos. Muchos le atribuyeron en su momento ser una empresa fachada de la CIA.
En tono relajado y sin arrepentimiento por las consecuencias económicas que puede arrastrar su falta de pericia diplomática con México, Daniel Noboa está consciente que no se equivocó en su estrategia. Este lunes invitó al presidente mexicano López Obrador a resolver sus diferencias con unos “tacos” o “ceviche”. Sabe, que su electorado lo respalda y que al final saldrá librado de este altercado latinoamericano.
Y es que la situación podría diluirse en la agenda internacional en los próximos días, con el nuevo conflicto entre Israel e Irán, donde Ecuador juega un papel fundamental dentro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Dicho consejo integrado por 15 países, cinco de ellos permanentes (China, Rusia, Gran Bretaña, Estados Unidos y Francia) buscan generar equilibrios respecto al conflicto en Medio oriente, que ya trajo sus primeras consecuencias al registrar un alza en el precio del barril de crudo y los metales.
Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, cuentan con el apoyo de Ecuador dentro del Consejo, en caso de requerir una intervención militar en oriente medio o un cese indeterminado de hostilidades entre Israel e Irán.
Los países de izquierda en América Latina, en bloque, tendrán que tomar una determinación pronto. Si en favor de Israel y el ataque armado realizado al Consulado iraní en Damasco. O hacía Irán y su gobierno Chiita, que financia grupos armados como Hamás. Pronto veremos una reconfiguración de grupos y bloques originado a partir de la agenda internacional.