
Aprendizaje de la elección de juzgadores
La X en la frente
2025-2027 será un período de ajuste.
Como todo lo que inicia, los parcialmente nuevos poderes judiciales estarán bajo el escrutinio del Estado, del sector escéptico de la ciudadanía y de los medios de comunicación.
A partir de septiembre cambiará su integración, pero no su razón de ser, su finalidad.
Los poderes judiciales sirven en una sociedad cuando la despresurizan, cuando resuelven los pequeños conflictos que son cientos de miles en favor de una de las partes en disputa.
A eso se reduce la justicia en México. El peso de la realidad aplasta la idea preponderante de que impartir justicia se refiere a que se tomen decisiones justas. Impartir justicia es, en lo que le interesa al poder político, resolver conflictos, dictar la última palabra para que el conflicto se muera.
Incluso, generalmente a una sola de las partes en conflicto le interesa la decisión “justa”, ambas quieren ganar.
Esa es la lógica del proceso judicial en México desde la óptica del poder, los poderes judiciales deben ayudarle al poder político sirviéndole.
Lo que ha pasado hasta este momento puede resumirse en una frase coloquial: “mucho ayuda el que no estorba” o “si no ayudes no estorbes”.
La reforma judicial no fue nunca un proyecto, fue una decisión del poder político en un momento de la historia en que este se encontraba concentrado en una sola persona.
No hay que buscarle mas.
El ex presidente Obrador fue siempre un pragmático y dada su historia de vida, la decisión que tomó de desmontar los poderes judiciales era lógica.
Su único lenguaje y su única lógica eran los del poder y eso nadie lo vio venir.
Así que hoy aquí estamos. En medio de grandes incertidumbres de lo que vendrá en el futuro inmediato.
Personalmente no soy catastrofista y no creo que en México se muera la justicia con esta reforma.
Ya lo dije, justicia es algo que nunca hemos tenido plenamente.
Hemos tenido muchas juezas y jueces que realizan impecablemente su trabajo, que dotan de su verdadero sentido a la impartición de justicia que es el sentido jurídico.
Pero hoy el derecho sirve al poder, es su instrumento y no su inspiración.
Por eso seguiremos pensando la justicia en términos políticos, en términos de poder.
Y en esa lógica solamente va a cambiar la manera en que los conflictos son resueltos por los jueces -o dicho de otra forma – el modo en que los nuevos poderes judiciales gestionarán o administrarán el conflicto social con relevancia jurídica.
Los jueces y magistrados que resulten muy malos, notoriamente incompetentes, serán los primeros chivos expiatorios de los tribunales de disciplina judicial y se tendrán que ir. No habrá curva de aprendizaje.
Lo demás se irá ajustando y marchará más o menos bien en la medida en que se sigan emitiendo sentencias que pongan fin a los conflictos en primera o segunda instancia o vía la justicia constitucional.
La única forma posible de que esto cambie o se revierta es con la llegada de los abogados al poder.
*Magistrado Presidente de la Sala Constitucional y Cuarta Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia de Oaxaca
* La publicación de la columna no tiene vínculo alguno con el Tribunal Superior de Justicia