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Despolarizar sociedad mexicana, clave ante inflexibilidad de Trump
Apunte diario sobre Letras Hipnóticas 🌞😂🙋🏼♀️🙋♀️🙋♀️
Hollywood, 1 de diciembre de 1952
En una noche de glamour y críticas afiladas, Marilyn Monroe, la deslumbrante estrella de la pantalla grande, desafió las expectativas de la élite de Hollywood al recibir el galardón de ‘Mejor personalidad joven de la taquilla’ en los premios Henrietta de 1952.
Ataviada con un atrevido vestido de terciopelo rojo, Monroe no solo se llevó el codiciado premio, sino también las críticas de algunos periodistas que consideraron su atuendo demasiado audaz. Una de las voces más críticas llegó a sugerir que la actriz estaría mejor vistiendo un modesto saco de papas, de ruda manufactura campirana, los amigos americanos les llaman patatas.
En un giro inesperado, los publicistas de la Twentieth Century Fox, el estudio que tenía a Monroe bajo contrato, decidieron responder a las críticas de manera extraordinaria.
Convocaron al renombrado fotógrafo Earl Theisen para una sesión de fotos única, capturando a la estrella en todo su esplendor, vestida con un auténtico saco de papas ( patatas ) llamados de arpilla o de tela arpillera.
El contraste fue genial
Las imágenes resultantes, publicadas en varios periódicos estadounidenses, demostraron que la belleza de Marilyn no conocía límites, incluso vistiendo un atuendo tan inusual. La sesión se convirtió en una de las anécdotas más peculiares de la era dorada de Hollywood, desafiando las expectativas de la industria del cine.
Así, Marilyn Monroe, con su elegancia inigualable, transformó una crítica despiadada y mordaz, en una declaración de estilo audaz, recordándonos que la verdadera belleza va más allá de la apariencia superficial.
¡Hasta mañana con más historias cautivadoras!
Arturo Vásquez Urdiales
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