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Apunte diario sobre letras hipnóticas
En el rincón tranquilo de Jedburgh, Escocia, nació el 26 de diciembre de 1780 una mente destinada a desentrañar los misterios del cosmos: Mary Fairfax Greig Somerville. Sin educación formal, su autodidactismo la llevó a las alturas de la matemática y la astronomía. Su vida, marcada por la viudez y la independencia, se entrelazó con las estrellas.
A los 13 años, un encuentro con el sabio doctor Somerville sembró las semillas del conocimiento en Mary. Pronto, los pasatiempos matemáticos de revistas femeninas la cautivaron, superando incluso a su propio tutor. Viuda a los 27, Mary se sumergió en sus estudios, y su segundo matrimonio con William Somerville, hijo de su antiguo mentor, consolidó su amor por la ciencia.
En 1831, Mary lanzó «La Mecánica Celeste», una traducción reveladora de Laplace que la catapultó a la fama. A los 55 años, junto a Caroline Herschel, recibió el honor de ser miembro de la Royal Astronomical Society. Sus escritos, brillantes y claros, no solo desentrañaron los secretos del cosmos sino que también abogaron por la educación de las mujeres y el sufragio.
Mary Somerville, fallecida en 1872, dejó un legado hipnótico, una senda luminosa en la historia de las mujeres en la ciencia. Su vida, como un cielo estrellado, continúa inspirando a los soñadores y buscadores del conocimiento.
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URDIALES Zuazubiskar fundación de Letras hipnóticas A.C.
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