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Hasta hace relativamente poco, si no se te daba bien escribir, lo tenías bastante difícil en muchos ámbitos. Tus ensayos de las clases de secundaria o de la universidad, por ejemplo, seguramente no recibirían las mejores calificaciones, incluso si el contenido era excelente. Y lo mismo se puede decir a la hora de redactar comunicaciones empresariales o correos electrónicos profesionales: una mala redacción sencillamente lo desluce todo.
La escritura es transversal a todo tipo de disciplinas, y por eso dominarla siempre ha sido un gran punto a favor. Pero esto no siempre ha sido justo. Para quienes no han tenido nunca el don de la expresividad y, en cambio, sí que son hábiles en sus respectivas disciplinas, esas carencias a la hora de escribir se pagaban muy caras… hasta ahora. Actualmente, la tecnología de la IA para reescribir permite compensar esas carencias, y ahorrar tiempo en el proceso.
Analicemos la cuestión con más detalle. Las herramientas de IA para reescribir están entre nosotros desde hace unos tres años, cuando ChatGPT se lanzó al mercado por primera vez. Pese a que su primer modelo estaba lejos de pulirse, causó un enorme impacto y disparó la carrera de las IAs. Enseguida se lanzaron Google Gemini, Microsoft Copilot –también basado en la tecnología de ChatGPT– y Grok, sentando las bases de una nueva era tecnológica.
Pero ¿qué son exactamente esas IAs de reescritura? Para entendernos, se trata de aplicaciones que pueden escribir texto por nosotros a partir de nuestras instrucciones. Les puedes pedir que resuman un texto ya existente, que lo traduzcan a otro idioma, o que escriban algo completamente nuevo para ti a partir de parámetros específicos: por ejemplo, que redacten un informe contable a partir de ciertas cifras, o que escriban un ensayo sobre la mitocondria.
A nivel práctico, son raros los casos en los que se les pide a estas IAs que escriban algo completamente desde cero. Con frecuencia, lo que se hace es redactar previamente una plantilla a partir de la cual la IA se deberá encargar de escribir el texto final. Esto es útil, por ejemplo, cuando queremos orientar a la IA a que redacte un texto con unos ciertos matices, o cuando queremos que perfeccione algo que ya hemos escrito nosotros previamente.
¿Quiénes pueden usarlo? Por ejemplo, personas en estas situaciones:
Queda claro que, en esos contextos, una IA para reescribir es realmente útil, pero su eficacia y su accesibilidad hacen que algunas personas crucen la línea de la ética y entren en un terreno gris. En el mismo ámbito docente, por ejemplo, destaca la preocupación de que cada vez más alumnos redacten sus ensayos enteramente con la IA, de modo que no sea posible evaluarlos salvo cuando los escriben a mano y en la propia aula: como en los viejos tiempos.
Asimismo, son muchos los casos en los que los textos reescritos no son revisados antes de presentarlos, incluso en el ámbito empresarial o, peor aún, en el judicial o el gubernamental. Aquí se pasa de la ética a la incompetencia, porque esos textos redactados artificialmente pueden presentar errores que luego tienen serias consecuencias en el devenir de la empresa o en el funcionamiento de las instituciones públicas.
Si crees que la IA para reescribir textos puede resultarte útil, quizá te preguntes cuál deberías utilizar. Lo cierto es que tienes muchos modelos y herramientas entre las que elegir, y la cuestión ya no pasa tanto por la calidad de los textos, sino más bien por las integraciones y las aplicaciones complementarias que te ofrece cada opción. Vamos a ver las principales:
La versión online de PDFelement es una opción excelente para reescribir textos, sobre todo cuando están en formato PDF.
Esta aplicación ya era popular por tratarse de un editor PDF con el que era posible dividir, combinar, editar o convertir documentos PDF fácilmente, pero ahora ha incorporado una IA de última generación que también permite reescribirlos, traducirlos o resumirlos en cuestión de segundos.
La suite de Office de Microsoft también incorpora una IA que permite reescribir o resumir textos, con la ventaja añadida de que está integrada en el propio procesador de textos. Su inconveniente es la capacidad de la IA, que está basada en una versión limitada de ChatGPT, con lo que tiene menos potencia que otras herramientas. Además, Word sigue sin ser una herramienta adecuada para editar documentos PDF.
Otra opción pasa por utilizar modelos de lenguaje independientes como ChatGPT, Gemini o Grok, entre otros. En estos casos hay que suscribirse al modelo de lenguaje con tarifas que suelen rondar los 20 $ mensuales. La ventaja es que se pueden usar las versiones más recientes de cada modelo, pero en una interfaz separada, así que hay que estar copiando y pegando el texto una y otra vez, lo que resulta muy poco productivo.
PDFelement Online | Microsoft Word | ChatGPT | |
Reescritura de texto | ✔ | ✔ | ✔ |
Resumen de texto | ✔ | ✔ | ✔ |
Traducción de texto | ✔ | ✔ | ✔ |
Edición de PDF | ✔ | ✖ | ✖ |
Conversión de PDF | ✔ | ✖ | ✖ |
Edición de Word | ✖ | ✔ | ✖ |
Uso desde el navegador | ✔ | ✔ | ✔ |
En solo tres años, las herramientas de IA han demostrado una evolución asombrosa, no solo perfeccionando su capacidad para reescribir y generar texto, sino también incorporando otros modelos diseñados para crear imágenes o videos bajo demanda. Resulta difícil entonces imaginar por dónde pasa el futuro de la escritura asistida por IA, considerando que los modelos actuales ya son capaces de reescribir textos con grandes resultados.
Es probable que las compañías de IA estén esforzándose para reducir la previsibilidad de estos modelos, que todavía tienden a reiterar ciertas ideas o expresiones. Asimismo, en temas sensibles estas IAs pasan a estar bastante más limitadas por las pautas de seguridad establecidas por sus propias empresas. Sea como sea, la IA ha llegado para quedarse, y definitivamente puede hacernos la vida más fácil en una gran variedad de aplicaciones.
Contar con herramientas capaces de reescribir texto o incluso de generarlo por completo a partir de 'prompts' de sus usuarios está cambiando por completo la manera en que se crean contenidos en una amplísima variedad de contextos. Cada vez encontramos más correos electrónicos, informes empresariales, ensayos académicos, e incluso perfiles de Tinder redactados mediante IA, lo que demuestra hasta qué punto estas herramientas son útiles.
Como ocurre con cualquier herramienta poderosa, es imprescindible hacer un uso responsable de estos modelos de IA. Los docentes deben asegurarse de que sus estudiantes no abusan de la IA para redactar textos, mientras que en las empresas y organizaciones gubernamentales es necesario revisar los textos generados antes de presentarlos, para prevenir problemas.
Si se utilizan responsablemente, estos modelos de IA pueden ofrecer a los usuarios un enorme impulso a la productividad, sobre todo cuando se los aprovecha en herramientas como un editor PDF Online. Se trata de aplicaciones que nos permiten dedicar menos tiempo a escribir y más a planificar, manteniendo la certeza de que los textos entregados serán de primer nivel.