El lenguaje y sus trabajadores | César Rito Salinas

El lenguaje y sus trabajadores, las primeras víctimas del Covid

Al entrar en el tercer año de la pandemia por Covid, la comunidad cultural de Oaxaca entró a nuevas formas de producción, organización y sobrevivencia; adaptación a las medidas sanitarias que restringen la movilidad, que obligan a nuevas formas de convivencia social; para el escritor César Rito Salinas (Tehuantepec, 1964) “quedaron atrás las promesas de la Nueva Normalidad” que hiciera el gobierno federal.

– La primera víctima del COVID 19 es el lenguaje, se tiene que nombrar a las cosas por su nombre, sin eufemismos ni valoraciones políticas: somos una sociedad empobrecida -dijo.

En entidades con marcado retraso industrial, donde las principales fuentes de empleo son el magisterio, el gobierno estatal y los municipios, “los escritores se ven reducidos a la caridad pública para obtener ingresos”.

Ofreció sus servicios profesionales, redacción de textos, edición y redacción periodística, elaboración de textos de sala y difusión periodística del patrimonio cultural “en el modelo nuevo: la participación en colectivo”; de alguna forma, señaló el también premio estatal de novela 2020, la antigua ‘sociedad civil’ debe bajarse de los sueños de izquierda y mirar que fue abandonada por políticos y líderes sociales. El año que inicia implica regreso a la realidad, nombrar por su nombre a la situación de pobreza que enfrenta Oaxaca y sus artistas”.

– No existe el auge cultural que promocionan los políticos, los artistas de Oaxaca pasan hambre.      

Esto ya cambió -asegura el Premio Latinoamericano de Poesía, UABJO, 2003- “ya no importa edad, títulos académicos o reconocimientos por tus pares”, el desempleo golpea a jóvenes y viejos, cabalga de nueva cuenta.

“Los gobiernos estatal y municipal -Oaxaca cuenta con el 25% de la división política de este país- tendrán que integran en su política de administración a la  cultura como un signo de identidad, como el espacio en colectivo de la sobrevivencia”.

 – ¿Qué pronósticos tiene para el año que recién inicia?

En la permanente pugna entre partidos políticos el año se avizora intenso en división social, ya comenzaron segregando a las mujeres; en el tiempo pasado los artistas se unían en torno a una figura, un candidato, unas siglas; los gobiernos municipales deben abrir su concepto de cultura, debieran integrar a investigadores, especialistas, académicos y escritores que pueden ofrecer su trabajo para reorganizar el tejido social afectado por el duelo, la enfermedad y la pobreza.  

Los municipios urbanos y rurales se siguen promoviendo como el espacio de la ‘espiritualidad’, el viejo concepto clasista permitió que empresarios hicieran uso y abuso de las tradiciones, la gastronomía y la cultura.

En este año los creadores culturales, músicos, pintores, poetas, periodistas tienen el reto de la sobrevivencia dentro de la pobreza; habrá que comenzar a nombrar a las cosas por su nombre, sin adornos ni eufemismos. En la ciudad capital somos una sociedad sin respuesta a los tiempos de emergencia económica que dejó la aventura electoral y la pandemia, dijo el poeta.