Paloma Sánchez-Garnica, premio Planeta 2024, y Beatriz Serrano, finalista
Estimado lector te comparto una obra de mi autoría titulada El Escritor, obra realizada en la técnica al pastel y que acompaña a esta columna en homenaje de dos efemérides transcendentales en la conformación de la identidad mexicana.
Desde el 21 de enero del 2011, La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), declaró al Mariachi como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
El Mariachi es la música tradicional y un elemento fundamental de nuestra cultura hoy en día como país. Este grupo de músicos ataviados con la indumentaria regional del charro, cuentan con un repertorio de música y composiciones que abarcan diferentes regiones de México, entre los que se encuentran jarabes, minués, polkas, valonas, chotis, valses, serenatas, corridos y canciones tradicionales.
Es un hecho que la forma que guarda el Mariachi en nuestros días es una mezcla de tradiciones regionales y de estereotipos formados por los medios de comunicación, en particular del cine de mediados del siglo pasado, en su fase denominada Cine de la Época de Oro quien, con figuras como Jorge Negrete, Pedro Infante, José Alfredo Jiménez, entre otros muchos más, conformo en el imaginario colectivo, la figura gallarda y romántica del charro cantor.
Ya el tiempo definirá si esa figura mítica logra traspasar el nuevo siglo, con el advenimiento de nuevas figuras en el género regional o si como tantas otras cosas más, terminan por convertirse en ecos del pasado con sonido a reguetón.
Por otro lado, alguien que por su genialidad no terminara por desvanecerse en el tiempo, es el gran poeta, escritor, ensayista, narrador, traductor y académico José Emilio Pacheco. Este gran creador de mundos, cuenta con 25 títulos, entre los que se encuentran No me preguntes cómo pasa el tiempo, Ciudad de la memoria, El principio del placer y Tarde o temprano y por supuesto su ya célebre, por derecho propio, Las batallas en el desierto.
El maestro Pacheco, nos dejó un 26 de enero del 2014 y por sus múltiples premios y reconocimientos, como el Premio Miguel de Cervantes, Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, los dos obtenidos en el 2009; el Nacional de Periodismo (1980), Xavier Villaurrrutia (1973), entre otro muchos más, este autor está considerado como uno de los constructores de la vida cultural del siglo XX en México.
Múltiples autores han reflexionado porqué los mexicanos somos como somos y contamos con disertaciones como la de Octavio Paz, en su “Laberinto de la Soledad” o las de Samuel Ramos, en su obra “El Perfil del Hombre y la Cultura en México”; sin embargo, es un hecho que estas formas de ser y de auto mirarse en el espejo no son eternas, sino tan cambiantes como la cultura, la lengua, o la forma de preparar una receta de cocina. Ya el tiempo definirá como es ser un charro mexicano en el siglo XXI.
El Charro Mexicano
Con mi sombrero bordado
Y mi traje alamarado
Mi botonadura de oro
Mis espuelas de Amozoc
Mi carrillera plateada
Mi pistola niquelada
Y sin reproche o desdoro
Soy la noble tradición
Soy el charro mexicano
Noble, valiente y leal
De su pueblo siempre hermano
Soy el charro que se llena toda el alma con amor
El de la Virgen morena, de su patria y de su Dios
Ernesto Cortazar / Manuel Esperon