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Inauguran en el Macco la exposición Takeda 90 años
✍🏻✍🏻 Apunte Diario sobre Letras Hipnóticas
🐞☀️ 📅 Fecha: 15 de junio de 2023
🪲🪲 Título: CHUCHO EL ROTO
(Querido lector, con especial acento a nuestros lectores oaxaqueños y mexicanos, no dejes de leer hasta el final, debajo de Acordeón)
Hoy exploraremos la fascinante vida de Jesús Arriaga, conocido como Chucho el Roto, un legendario bandido mexicano que dejó una huella en el México del Porfiriato. Su existencia está respaldada por archivos oficiales, incluyendo los de la temida cárcel de San Juan de Ulúa en Veracruz y la de los Arcos de Belén en la Ciudad de México. ¡Prepárate para sumergirte en esta intrigante historia!
Chucho el Roto nació en Chiautempan, Tlaxcala, en 1858, y se convirtió en un astuto bandido y estafador después de ser enviado a prisión por un millonario vengativo. Escapó del penal de San Juan de Ulúa, situado en una isla frente a la ciudad y puerto de Veracruz, en el año 1885. Pero, ¿cuál fue el motivo de su encarcelamiento y cómo se convirtió en un personaje tan legendario?
Según la doctora e historiadora Sofía Valencia, Chucho el Roto provenía de una familia arraigada en Chiautempan, donde su padre, el presbítero y bachiller don Pedro de Arriaga, ejerció como cura párroco. Sin embargo sus primeros pasos en la vida los realizó como aprendiz de carpintero y luego ayudante, y desde esa posición pretendió y logró el amor de su amada, ingrata concesión del destino, para con ello conseguir una venganza terrible.
Enfrentando la venganza orquestada por don Diego del Frizac, un millonario francés y tío de una joven noble, Jesús fue humillado, amenazado y rechazado por la madre de su amada, doña Matilde del Frizac. Esto llevó a Chucho a robarse a su propia hija, María de los Dolores, lo que finalmente resultó en su encarcelamiento.
Durante su trayectoria criminal, Chucho el Roto se hizo famoso por sus estafas ingeniosas, sorprendiendo tanto a mexicanos como extranjeros. Sin embargo, lo curioso era que destinaba la mayor parte de su botín a ayudar a los necesitados. A pesar de que las autoridades del Porfiriato intentaban capturarlo, Chucho y su banda, compuesta por personajes como «La Changa», «El Rorro», «Juan Palomo» y «Lebrija», continuaron burlándose de ellos y luchando en favor de los desposeídos.
El apodo «Chucho el Roto» se debía a que, para llevar a cabo sus estafas, solía vestir con elegancia, al estilo de los adinerados de la época. A lo largo de casi una década, cometió robos y estafas, ganándose el corazón del pueblo, ya que robaba a los ricos para ayudar a los pobres. Esta dualidad en su personalidad lo convirtió en un ídolo querido por muchos.
A pesar de su astucia y habilidades para evadir a la justicia, Chucho el Roto fue capturado nueve años después de su primera fuga, en las Cumbres de Maltrata, estado de Veracruz. Fue llevado nuevamente al penal de San Juan de Ulúa, donde había escapado antes y, en un intento desesperado por escapar, fue traicionado por un compañero de celda apodado «Bruno». Durante su recaptura, Chucho resultó herido de bala y fue llevado ante el coronel Federico Hinojosa, director del penal.
300 latigazos
En un acto de orgullo y valentía, Chucho el Roto respondió a la orden del director de recibir doscientos latigazos con una afirmación contundente: «No puede ser desgraciado el que roba para aliviar el infortunio de los desventurados». En respuesta, el director incrementó la pena a trescientos latigazos.
Dado por Muerto
Después de recibir la brutal golpiza, Chucho fue recluido en una celda de castigo conocida como «El Limbo» dentro del mismo penal. Se dice que un verdugo llamado «El Boa» cumplió con la orden, previamente sobornado por Matilde del Frizac, la madre de Lolita, con una gran suma de dinero. El verdugo conocía bien las técnicas de golpear sin matar.
Desde El Limbo, Chucho fue trasladado a la enfermería del antiguo hospital «San Sebastián» en Veracruz. Oficialmente, falleció el 25 de marzo de 1894, a la edad de treinta y seis años. Una supuesta Matilde de Frizac, Lupe (hermana de Jesús) y Lolita (su hija) recibieron su cuerpo y lo prepararon para el traslado a la Ciudad de México, donde sería sepultado con honores cristianos.
Sin embargo, cuando abrieron el féretro en la capital, se encontraron con una sorpresa desconcertante: estaba lleno de piedras. El misterio sobre el destino final del cadáver de Chucho el Roto persiste hasta el día de hoy. ¿Qué ocurrió realmente con sus restos?
Matilde niega
Años después Matilde de Frizac aseguró ante un fiscal que ella jamás había estado en Veracruz y menos recibiendo un supuesto cadáver de una cárcel.
Algunos relatos sugieren que los restos de Chucho podrían haber sido ocultados intencionalmente para proteger a su familia de posibles represalias. Otros especulan que podría haber sido una artimaña para distraer a las autoridades y permitir su verdadera escapatoria. Sea cual sea la verdad, el enigma en torno al destino de Chucho el Roto yace como un testimonio intrigante de su leyenda.
En la Ciudad de México, en el Panteón del Tepeyac, en la Villa de Guadalupe, se encuentra la tumba de su hija Lolita, cuyo nombre completo fue Dolores Arriaga del Frizac. Este es el único rastro tangible que queda de la familia de Chucho el Roto, una figura enigmática y carismática que dejó una profunda huella en la historia de México.
ACORDEON
AHORA SI, ¿Qué pasó con el cadáver de Chucho el Roto?
Apunte Diario sobre Letras Hipnóticas
El Misterioso Destino del Cadáver de Chucho el Roto
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Fuente:
Reportaje de Época
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En los anales de la historia mexicana, la figura de Chucho el Roto se ha mantenido como un enigma fascinante. Sus hazañas como bandido y ladrón benevolente han cautivado la imaginación del pueblo. Sin embargo, su misterioso destino ha sido motivo de especulación y leyenda.
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Recientemente, hemos descubierto datos intrigantes que podrían arrojar luz sobre el destino final de Chucho el Roto. Los testimonios de la época y los informes encontrados en los periódicos «El Mundo» de la Ciudad de México y «El Mercurio» de la Ciudad de Oaxaca, y «la Prensa» esta datada en 1943, revelan una posible conexión entre Chucho el Roto y un personaje conocido como «Clemente el Tuerto.» (Así llamado no obstante que no le faltara ningún ojo)
Según los registros, en Tlaxiaco, Oaxaca, por 1895-96, apareció un individuo de apariencia similar a Chucho el Roto, aunque vestido de manera distinta. Este hombre, que se hacía llamar Clemente el Tuerto, se dedicó a robar y a distribuir el dinero entre los más necesitados, siguiendo los pasos de Chucho. Clemente lideraba una banda de forajidos que lo respetaban y que podría haber sido la misma que acompañaba a Chucho en sus correrías, mas ahora eran “el gato”, “lagartijo”, “el siete”, “piloncillo”, «el chogüis», «chepona», «el rito», entre otros.
La historia da un giro intrigante cuando los agentes de la Guardia Rural lograron cercar y emboscar a Clemente el Tuerto. En una oscura madrugada, en un lugar cercano a Tlaxiaco, se desató un tiroteo en el que cinco cadáveres fueron encontrados, los malechores eran 8 contando a Clemente, aparentemente pertenecientes a los forajidos que acompañaban a Clemente el tuerto.
Sin embargo, cuando los agentes se acercaron, descubrieron que los cuerpos eran meros muñecos rellenos de trapo, vestidos con las ropas de los forajidos, y aún así faltaban. El muñeco Clemente fue fácil de reconocer por su traje de catrín, o de «roto».
Los nombres de los oficiales que lideraban la emboscada eran el Capitán Salcedo, el Sargento Artemio Pérez y el Cabo Pablo Santaella, este último originario de Huaxpaltepec en la costa oaxaqueña. A partir de ese momento, cualquier rastro de Clemente «el Tuerto», y posiblemente de Chucho el Roto, desapareció por completo.
Las fuentes consultadas, «El Mundo» y «El Mercurio», citados por La Prensa, ambos periódicos de la época, publicaron informes sobre este peculiar suceso, sin embargo en la publicación de “La Prensa” es en donde se citan ambas y es clara en el sentido anterior y siguientes.
El caso nunca fue esclarecido y quedó en el misterio.
La teoría que surge a partir de estos acontecimientos es que Chucho el Roto, buscando proteger a su familia y escapar de las autoridades, pudo haber adoptado una nueva identidad como Clemente el Tuerto. La emboscada y el hallazgo de muñecos en lugar de cadáveres podrían haber sido una artimaña para confundir a las autoridades y permitir que Chucho escapara con el botín robado a los hacendados del Paris Chiquito, valuado en al menos 10,000 monedas de oro del Porfirianismo.
El paradero exacto de Chucho el Roto después de estos eventos sigue siendo desconocido. Algunas teorías sugieren que pudo haber huido con el botín hacia lugares remotos o incluso haber abandonado México en busca de refugio en otros países.
La leyenda de Chucho el Roto perdura en la memoria colectiva, manteniendo vivo el mito de un bandido noble que robaba a los ricos para ayudar a los pobres. Su carácter intrigante y su habilidad para evadir a las autoridades han dejado una huella imborrable en la historia de México.
A pesar de los documentos y testimonios encontrados, el destino real de Chucho el Roto y su posible conexión con Clemente el Tuerto siguen siendo enigmas sin resolver. Tal vez, la verdad sobre la vida y muerte de este emblemático personaje permanecerá para siempre oculta en las brumas del pasado.
El misterio de Chucho el Roto nos recuerda que la historia está llena de personajes fascinantes y misterios por descubrir. A medida que exploramos los archivos y testimonios del pasado, nos adentramos en un viaje lleno de incógnitas y revelaciones que enriquecen nuestra comprensión de los eventos que han dado forma a nuestra sociedad.
Y así, el destino final de Chucho el Roto, ese enigmático bandido mexicano, permanece en la oscuridad, convirtiéndose en un fascinante rompecabezas que despierta nuestra curiosidad y nos invita a seguir indagando en los misterios de nuestra historia.
ALARMANTE TEORIA SOBRE EL DESTINO DE CLEMENTE EL TUERTO, “CHUCHO EL ROTO»
Otra teoría sin ninguna comprobación afirma que Clemente el Tuerto se estableció en la cercana población de Chalcatongo, Distrito de Tlaxiaco, y adoptó una identidad de natural de aquella población que en temprana edad había salido a estudiar a la capital del Estado. Se afirma que él narraba que había hecho carrera eclesiástica, más se desconoce el lazo entre Chucho el Roto y la ciudad y Distrito de Tlaxiaco. Salvo lo espléndido del personaje con los más necesitados y sin que se supiera jamás el origen de sus fabulosos recursos. Se esgrime, así mismo, que dejó prolifera descendencia en aquella población y que sus sucesores habrían llegado a ser respetables profesores, médicos, por lo menos abogados renombrados, jueces y políticos de amplio renombre en el Estado y en México, pero esta información no está corroborada por ninguna fuente. Únicamente en la tradición oral del pueblo bueno y noble.
Otra teoría, mas robusta mas no por ello corroborada, es que se instaló en la cercana población de Cuanana, perteneciente al distrito de Sola de Vega, en cercana tanto a Chalcatongo como a Tlaxiaco, en donde tuvo descendencia con una señora de nombre Rosa, adoptó sin embargo en aquella comarca el apellido de Sánchez. de ese linaje se tiene conocimiento que bien puede tratarse de una familia de Notarios, Sacerdotes y Políticos, hoy mismo en activo en el Estado de Oaxaca y en México, sin datos por comprobar, es la sabiduría popular quien así lo señala, pudiendo tratarse de personajes totalmente ajenos a Clemente el Tuerto, o bien, ser descendientes del polémico Chucho el Roto.*_
No hay nada más extraño en esta vida que la propia realidad, la que dejaría con la boca abierta al mas experimentado escritor de ciencia ficción. Primera hipótesis _es que Chucho el Roto sea Clemente el Tuerto. Segunda hipótesis es que Clemente el Tuerto haya cambiado muñecos de trapo por cuerpos humanos en fuga en el momento de la emboscada, tercera hipótesis es que Clemente el Tuerto siendo Chucho el Roto, hubiérase asentado en Chalcatongo de Hidalgo y asegurado descendencia, hoy de encumbradas familias de políticos y señores, cuarta hipótesis es que aquellas fueran las mismas que las de estos políticos y abogados de hoy, quinta hipótesis, que se hubiera asentado en Cuanana, con casi los mismos resultados, descendientes abogados, notarios, curas y políticos, quinta hipótesis que el Clemente de Chalcatongo y el Clemente de Cuanana sean la misma persona, lo que sería increíble, pero como le dijera el
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La ficción y la realidad tienen como frontera, siempre, la creencia de los hombres»
Arturo Vásquez Urdiales.