La Constitución de 1854 y la crisis de México
OAXACA, Oax., 14 de febrero de 2019.- Violentas transiciones se desarrollan de manera simultánea en el estado de Oaxaca y lo sacuden: políticas, culturales, económicas…
Alguien podría afirmar que las prolongadas crisis económicas y de gobernabilidad que hemos vivido parieron los complejos procesos que hoy convulsionan al estado en regiones, municipios y comunidades.
Desafortunadamente son más los factores que incubaron “el momento” terrible al que nos enfrentamos: El rencor, la violencia criminal, la ruptura de un tejido social (anteriormente elogiado por propios y extraños), la corrupción galopante, el atraso educativo.
Son síntomas de la brutal mutación que hoy nos sacude y nos mantiene en vilo.
Durante la pasada gira presidencial de tres días por Oaxaca, las rechiflas, mentadas y reclamos al gobernador y a otros personajes fueron “escenarios” que permiten observar con nitidez a una sociedad agraviada, harta, encabronada (y al mismo tiempo esperanzada).
Más allá de que algunos actos de reclamo pudieron haber sido inducidos, lo brutalmente real es es que hay rencor social a flor de piel y la ira política es una chispa que recorre el cuerpo y la sangre de Oaxaca.
Desafortunadamente los gobernantes que padecemos y los actores políticos que incidimos en la vida política del estado nos hemos quedado cortos, tanto en el diagnóstico como en las políticas públicas y acciones que desarrollamos para tratar de transformar nuestras realidades.
La nuevas políticas públicas federales resultarán insuficientes para frenar la descomposición social si desde los distintos niveles de gobierno locales no se corresponde con un diagnóstico acertado y con acciones que tengan la magnitud y el peso suficiente para enfrentar nuestros problemas.
En cualquier momento la efervescente Oaxaca puede volver a explotar o lo más terrible: seguirán “evolucionando” a gran velocidad los procesos de descomposición social.
Tres heridas, tres botones de muestra del momento terrible que vive Oaxaca, del rencor social que alberga, de la violencia que nos corroe y asesina. Vale la pena reflexionar sobre lo qué hay detrás, lo que cada uno de estos conflictos nos grita:
-La huelga en la UABJO, nuestra “máxima casa de estudios” hoy en quiebra económica y en una muy criticable situación académica.
-El asesinato de Óscar Cazorla, uno de los más importantes defensores de la diversidad sexual en América Latina.
-El bloqueo a Juquila, el santuario católico más visitado del sureste y de Oaxaca.
No dejen de ver la película “Pájaros de verano” dirigida por Cristina Gallego y Ciro Guerra. Es el pueblo Wayú; pero también somos nosotros, es un gran espejo…