Entre Cepillín y El Chapulín engringado
CIUDAD DE MÉXICO, 27 de mayo de 2020.- Coméntelo, pero en voz baja: El neoliberalismo, esos odiados regímenes de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña, están por salvar a la 4T.
De sus ahorros, fondos, fideicomisos, previsiones, proyecciones depende la suerte del Gobierno actual. Y mire nada más en qué circunstancia estamos. El primer año de la prosperidad prometida, nos arrojó originalmente un retroceso de 0.1 por ciento en los datos preliminares del Inegi.
Hoy sabemos: esas cifras provisionales se quedaron cortas. En realidad el país se ubicó 0.3 por ciento abajo respecto al crecimiento de 2.5 por ciento de 2018, último año del neoliberalismo. Una baja real de menos 2.8 por ciento. Pero desde el año pasado, sin crisis, sin factores externos, sin coronavirus, pero con decisiones internas cuestionables, estamos en un retroceso sin fin. Y desde entonces el pasado es banca del presente.
TRAS UN BILLÓN
Ese pasado se extiende. No cubrirá el sexenio porque los recursos son finitos, pero servirán para matizar los efectos de la crisis sanitaria y atenuar la caída económica. Mire usted: En 2019, sin las emergencias actuales, se usó parte del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios y van sobre la segunda tarascada.
La primera fue superior a los 149 mil millones y la segunda no puede ser tan elevada porque solamente le quedan 42.5% de las acumulaciones. Pero hay otras alternativas. Por ejemplo, los fideicomisos. La meta original es, y en eso está Hacienda, llevarse más de 740 mil millones de pesos de fideicomisos de distinto tipo.
Mida usted los montos: entre el fondo de estabilización y los fideicomisos rebasan el billón de pesos. Y como el primer decreto no fue suficiente, ahora van por otros 44 planteados por la bancada dura pero más lagotera del Morena en el Congreso. Todo, dinero acumulado en el neoliberalismo. Pero todo como tablitas de salvación. Y todavía quedan billones de las Afores…
LAS 2 AGENDAS
1.- Ayer, sin confrontaciones, se notaron tres agendas. De un lado está la del Gobierno federal con su propósito de reanudar actividades el lunes próximo en varias áreas -automotriz, minera, construcción- y de otra dos de gobernadores. Unos con el fin de normalizar actividades económicas, otros con el semáforo en rojo y la preocupación en su sociedad agobiada por la pandemia.
Lo más claro: ni información integral y menos coordinación para ir en un frente. Queda claro, como resumió el guerrerense Héctor Astudillo: no hay ningún estado en verde y por lo tanto la federación debiera retrasar sus propósitos 15 días, hasta mediados de junio. De acuerdo, ¿pero qué dirán Donald Trump y su US Army?
Y 2.- Pese a todo, las dependencias del Gobierno de la Ciudad de México tienen programado el regreso para el lunes. A muchas no les irá bien. Vea usted: en junio vencen los plazos para contestar infinidad de solicitudes de información -24 mil 395- sobre manejo de recursos y mil 518 sobre compras de medicamentos.
Tarea enorme del InfoCDMX de Julio César Bonilla porque, mire usted, se han acumulado demandas de información en torno a donativos solicitados por Claudia Sheinbaum en la actual crisis.