Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
“Cuida tus palabras; que ellas no levanten un muro entre ti y los que
contigo viven»: Tales de Mileto, filósofo.
Aún no pasan dos semanas de que el Consejo General del Instituto Nacional Electoral dio por iniciado el proceso electoral para que el día 2 de junio del próximo año, se elijan más de 20 mil cargos en todo México, entre Presidencia de la República, gubernaturas, senadurías, diputaciones, alcaldías, concejalías y la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México y ya el ánimo de los votantes está candente, refleja emociones que en nada abonan a una participación electoral con tintes democráticos.
Más bien se manifiestan sentimientos que evidencian aprendizajes que borran las enseñanzas domésticas y principalmente el respeto, ya no digamos la fraternidad y la camaradería.
Recientemente, leí mensajes de amigos que habiéndonos conocido en aulas durante la gloriosa etapa de los años 80 del siglo pasado; hoy más de uno de ellos hasta con doble profesión viven y se manifiestan con intensidad acerca de los actores electorales, no por un proyecto de país, ni siquiera por una o tal candidatura, expresan rabiosamente un fanatismo que hasta a Tales de Mileto, al Joven Imanuel Kant, o a algún otro filósofo dogmático, asustaría.
Se emiten expresiones en un sentido o en otro de las personalidades que abanderan alguno de los frentes con mayores posibilidades de triunfo para la presidencia de la república el próximo año; en ellas (en las expresiones) se hace patente, sin ocultarlo un gran odio, alimentado de manera insana desde las instancias que mayormente deben generar el principio del ejemplo de respeto. Con mofa, sorna, displicencia, acometimiento despedido desde el poder se da un día si y otro más, la orden de (pretendo ser sarcástico): odien a todos porque todos los que no estén sometidos son responsables de que Calderon tenga la culpa de mis errores, lo que generaron mi derrota en el 2006, año en el que muchos de ustedes que ahora me idolatran no votaron por mí, y tampoco en el 2012, es más, hicieron campaña por los neoliberales.
Ese es el riesgo, generar un gran istmo social que impida ver con claridad que la boleta para elegir la Presidencia de la República el próximo año tendrá principalmente el nombre de dos mujeres.
Que una de ellas pregona con alegría y frescura, como la poesía de Ricardo López Méndez, “México, creo en ti, porque escribes tu nombre con la equis, que algo tiene de cruz y de calvario; porque el águila brava de tu escudo se divierte jugando a los volados con la vida y, a veces, con la muerte.”
Y la otra, con mucho respeto lo afirmo, vive a la sombra de otro credo, que no es el de una nación sino de un dogma que enseña a odiar.